clasificador automático al que le sobra capacidad, además de utilizarlo para la clasificación le puedo encomendar otra tarea como las devoluciones, aunque nunca lo hubiese instalado para estas operaciones en concreto. Se trata de optimizar las máquinas. Este mismo proceso que no pre- cisa operar 24 horas diarias ¿Puede ofrecerse a otras empresas a un precio interesante para todos? Low Cost para todos y en cualquier caso o a cada cliente y en cada caso Existen empresas que en sí son Low Cost porque realizan un proceso con- creto, como pueden ser los vuelos baratos donde el pasajero se lleva el equipaje (limitado) y que, además, no es atendido durante el vuelo y sólo se habla en inglés, pero se vuela con pun- tualidad y seguridad. También puede ser el caso de peluquerías baratas donde se corta el pelo, sin música, ni revistas, ni masajes finales, donde sólo se corta el pelo, eso sí muy bien y con todas las especificaciones que solicita el cliente. Sin embargo, este tipo de empresas suelen ser mucho más criticadas por el hecho de que sus clientes no conocían las especificaciones y limitaciones del servicio contratado, que por sus Low Cost a cada cliente y en cada caso De cualquier forma, insisto en que lo normal es aplicar la estrategia de Low Cost a un proceso concreto, nor- malmente con la implicación de dos empresas, donde se minimizan los costes que no aportan valor. En nume- rosas ocasiones, estos costes surgen de generalizar el Valor en el sentido universal de “para todos los clientes y en todos los casos”, cuando, por el contrario, Valor es ofrecer a cada cliente lo que quiere en cada caso. Low Cost es calidad al coste adecuado Algunas empresas están reduciendo notablemente el coste de distribu- ción sencillamente ofreciendo a sus clientes la posibilidad de decidir en sus pedidos si precisan o no recibir el producto “mañana”, garantizándoles la entrega, por ejemplo, en dos días. Lo cierto es que un elevado porcentaje de envíos no precisan del grado de urgencia 24 h y, por tanto, pueden emplearse para optimizar los procesos logísticos de distribución, reduciendo notablemente el coste. Estas empresas han descubierto que en los casos de no urgencia se estaba realizando un esfuerzo con un considerable coste que no aportaba valor. Muchas veces tenemos la imagen equivocada de que Low Cost significa menos calidad, cuando en realidad es ofrecer algo con el nivel de especifica- ciones requerido a menos coste. Hoy aún estamos en una crisis y en todas las crisis se aprende. En esta, lo que hemos aprendido es que cuando la actividad baja si queremos defender el resultado hemos de reducir los costes. En este sentido, una formula básica es investigar qué servicio o producto minimiza los costes del proveedor y si se precisa algo más solicitémoslo y paguémoslo pero sólo cuando apor- te más valor que coste. Como este concepto de Valor es diferente en cada cliente y en cada circunstancia, la empresa competitiva de mañana, cuando hayamos salido de la crisis, será aquélla que pueda aportar todo lo que le pidan sus clientes con una base económica donde haya aplicado una estrategia de Low Cost. Luis Doménech Director de Formación y Vicepresidente del Comité Ejecutivo de la Fundación ICIL 31 Estrategias