que satisfagan sus propias pretensio- nes dentro de esta bio-jungla. Pero la denominación puede ser engañosa. Como es sabido, conceptos como “bio”, “compostable” o “biológicamen- te degradable”no ofrecen ninguna protección legal. Ser bio-consecuente sale más caro en logística Quién quiera lograr una logística más “verde”, deberá apostar, en general, por ambas características. Es decir, por cojines de aire compostables y que provengan de recursos renovables. En lo que respecta al material base, este objetivo no se ha alcanzado aún en su totalidad. El estado actual de la técnica no permite aún disponer de cojines de aire fabricados al 100 % con materias renovables. Muchos plásticos de base biológica necesitan ser mezclados con componentes sintéticos para alcanzar las propie- dades necesarias requeridas para su utilización. Sin embargo, conseguir una mayor sostenibilidad tiene su precio: por los cojines de aire“del campo”se debe pagar bastante más que por los productos totalmente sintéticos. Esto se debe a que la materia prima se encuentra en un nivel de precios bastante superior. Por otro lado, no hay que olvidar el consumo de ma- terial, ya que hasta ahora, las láminas de material biológico utilizadas en aplicaciones logísticas tienen aproxi- madamente el doble de espesor para conseguir una calidad competitiva, por ejemplo, en lo que respecta a la estanquidad. Los cojines de aire fabricados con polietileno coextruído, tienen, en la actualidad, sólo 25 μ. Que no se vea no significa que sea inofensivo A pesar de todo, puede haber algún comprador que piense que en el mercado aún existen alternativas biológicas ventajosas. Estas son las degradables, un aspecto sin duda interesante, ya que cuando se tira el material de embalaje, pasados cinco años no queda nada de él a la vista. El problema visual de los residuos desaparece, por decirlo de alguna forma. Ahora, sólo queda preguntarse en qué condiciones. Entre los aditivos que se mezclan con el plástico para influenciar su estructura de la manera deseada, se incluyen, a menudo, sustancias dañinas para el medioambiente. Esta dudosa reputación es la que han adquirido los materiales denomina- dos oxo-biodegradables. En general, se trata de material fabricado 100% con polietileno (PE) al cual se le ha agregado ciertos compuestos me- tálicos. Según datos de la asociación European Bioplastics (Berlín), algunos de estos aditivos se van a clasificar como sustancias peligrosas en base a la legislación de la Unión Europea, ya que, por ejemplo, se ha detectado cobalto. Mejor con el logo del germen Entendiéndolo bien, esto sólo es váli- do para una parte limitada de los plás- ticos compostables. Para excluirlos de la opción de compra, existe un medio eficaz: la certificación según la norma EN 13432, que verifica la característica de la compostabilidad. Se trata de una norma válida en toda la UE y el logotipo del germen se utiliza como distintivo tanto en Alemania, como en los Países Bajos, Reino Unido, Polonia e, incluso, en Suiza. En el caso de los cojines de aire, con este distintivo se demuestra que la biomasa resultante tras su descom- posición no contiene ni sustancias nocivas orgánicas como dioxinas, ni metales pesados como, plomo, mercurio, cobalto o cadmio. Los cojines de aire pueden reciclarse en una planta industrial de compostaje, es decir, que bajo ciertas condiciones de calor y de humedad se descom- ponen, entre seis y doce semanas, en agua, dióxido de carbono y biomasa. Disponen de un ensayo de compati- bilidad vegetal. Cuanto antes mejor Los cojines de aire biológicos contri- buirán en breve a la logística verde. La capacidad de producción de materias primas biológicas y renovables aumenta, en todo el mundo, de manera exponencial. Por otro lado, la necesidad de reducir las emisiones de carbono y nuestra dependencia del petróleo de forma drástica son temas que aparecen diariamente en las no- ticias. Los hogares que se pasan com- pletamente a los alimentos biológicos y que exigen medios de embalaje también biológicos, arrastrarán a la industria y, quién no pueda mantener el ritmo perderá el tren. Nadie pondrá en duda que no sea adecuado o que no recompense trabajar para conseguir el objetivo de un material sostenible. En el caso de Storopack ha decidido contribuir a este desarrollo de forma conse- cuente con el Airplus Bio que no solamente es compostable según la norma EN 13432, sino que el material base también proviene de recursos renovables. Estamos convencidos de que los clientes finales saben valorar el compromiso de las empresas por el medioambiente y están dispuestos a pagar más por ello: así fue como el plátano biológico llegó a los super- mercados de descuento. Fred Straver International Product Manager para el producto Airplus de Storopack fred.straver@storopack.com 33 Opinión