Foto: Schneider Electric contenido de las etiquetas no puede modificarse, lo que puede ser un inconveniente cuando, por ejemplo, se requiere modificar este contenido a lo largo de un proceso; la lectura requiere que el elemento esté en reposo y exista “contacto visual” entre lector y etiqueta, aunque el cabezal de lectura pueda requerir el contacto directo con la superficie en la que se halla impresa la etiqueta o bien el lector pueda estar a una cierta distancia de la etiqueta impresa. La tecnología de la identificación por código de barras está muy extendida. Es una tecnología madura y tiene garantizado el futuro a corto y medio plazo. Como muestra de ello tenemos la extensión de las tablas de dispositivos, presentados en este informe, y que tienen su aplicación en los sistemas de identificación por código de barras. Tags RFID La tecnología RFID para el etiquetado de los elementos utiliza unas etiquetas especiales conocidas normalmente como “tags”. Los tags están constituidos por una antena y un chip, con una cierta memoria que les permite almacenar una determinada cantidad de información en formato binario. La transmisión de la informa- ción entre los dispositivos de escritura y los tags y entre los tags y los dispositivos de lectura se realiza a través de radiofrecuencia. Existen dos tipos de tags: los pasivos, que no disponen de alimentación de energía propia, y los activos, provistos de una fuente autónoma de energía. Los pasivos se alimentan a partir de la energía recibida, a través de la antena, del dispositivo lector. Una vez activados, estos tags emiten la información almacenada en la memoria interna. Por esta razón, este tipo de tags son operativos en un margen de distancias comprendido entre los 10 cm y unos pocos metros. Esta distancia depende del diseño, del tamaño de la antena y de la potencia de emisión del elemento lector. Por su sencillez, este tipo de tags puede ser muy pequeño e incluirse fácilmente en una pegatina. Los tags activos son capaces de transmitir señales más potentes que las de los pasivos, lo que les hace superiores cuando se trabaja en entornos que dificultan la transmisión por radiofrecuencia (las señales de radiofrecuencia pueden ser atenuadas si deben atravesar objetos de naturaleza metálica o con un contenido elevado de agua) o se requiere transmitir a distancias más grandes. Por otra parte, los tags pasivos son más económicos y tienen una vida útil más larga. A pesar de la ventaja del coste de los tags pasivos frente a los activos, existen otros factores (exactitud, confiabilidad y funcionamiento en ciertos ambientes tales como cerca del agua o metal) que hacen interesante, e incluso nece- sario, el uso de etiquetas activas. Existen dos tipos de protocolos para los tags: los de clase 0 contemplan la lectura del código almacenado en ellos, y los de clase 1 contemplan, además, la modificación de la información que contienen. Diferentes frecuencias Respecto a la banda de frecuencias utilizadas existen los de baja frecuencia, LF (trabajando entre los 125 y los 134 KHz), los de alta frecuen- cia, HF (13,56 MHz), los de muy alta frecuencia, UHF (trabajando en las bandas de 433, 860 ó 960 MHz) y finalmente los de microondas (utilizan las bandas de 2,45 ó de 5,8 GHz). La banda HF y UHF se utilizan para identificación de elementos y logística. La banda HF se utiliza para alcances de hasta 1 ó 2 m., mientras que la UHF permite trabajar con distancias máximas superiores y tags más pequeños, aunque también es más sensible a interferencias. Los tags de baja y alta frecuencia pueden utilizarse sin problemas de regulación y licencia en cualquier país. Las bandas de UHF ya están sometidas a regulaciones en todos los países, pero de forma distinta (así la banda de 960 MHz 95 IDENTIFICACIÓN AUTOMÁTICA Informe