EL PODER DEL UNIFORME Otras de las ventajas de la buena uniformidad es la de ganar tiempo. No hay ponerse a pensar ‘qué me pongo’ cada mañana, pero también la de ahorrar dinero, al no usar temporalmente la ropa propia. Diseñadores famosos se suben al carro del vestuario laboral Sería una larga lista la de diseñadores de moda que ha realizado encargos para firmas que albergaban deseos de diferenciarse y podríamos olvidarnos de alguno. Comenzaron las aerolíneas, cuyo personal fue y sigue siendo ataviado por las mejores firmas mundiales. En estos casos se trata de diseños exclusivos propie- dad de la compañía encargada y del diseñador de renombre. Ante el alud de imitaciones que nos invade, un paso necesario es el de patentarlos. A medida que las compañías importantes valoren más su imagen corporativa crecerán los impedimentos para que cualquiera los pueda reproducir. Una empresa que ha logrado consolidar su estética en el mercado ha marcado realmente una diferencia con respecto a su competencia, y no va a estar dispuesta a perderla. En cualquier caso, la patente de uniformes de servicio viene de lejos. En Estados Unidos, bajo el registro no 762.884, se patentó el atuendo de la ‘conejita’ del Playboy.• 51