PASADO Y PRESENTE 63 Las grandes cadenas hoteleras surgen en Estados Unidos durante los años veinte del siglo pasado. Uno de los primeros establecimientos en el mundo con un perfil moderno fue el City Hotel, inaugurado en 1794, en la ciudad de Nueva York. Contaba con 73 cuartos para huéspedes, cuyo pro- pósito único era el hospedaje. En Estados Unidos, los pioneros dieron lugar a un gran trasiego de desplazamientos. Su medio de transporte hacia el Oeste, la diligencia, llegaba a los confines más remotos sorteando peligros. El saloon, la taberna con habitaciones que les hospedaba, reunía unas condiciones precarias en el ámbito de la higiene y, a buen seguro, molestias por los ruidos procedentes de la cantina. No hay que pasar por alto el reconocimiento a los cantineros por el invento de la puerta de madera de dos cuerpos, que se abre en ambos sentidos sin hacer uso de las manos. La puesta en marcha del ferrocarril, con la consiguiente exten- sión de sus destinos, hace que, en el siglo XIX, trasladarse esté al alcance de casi todas las clases sociales. Fue entonces cuando surgió el primer boom de la construcción, con cientos de hoteles y pensiones, algunos propiedad de las compañías ferroviarias. La iniciativa empresarial propulsó en Estados Unidos la implanta- ción de hoteles para todos los bolsillos, mientras que, en Europa, pernoctar en un lugar higiénico era un privilegio de las clases altas. La mayor parte de establecimientos hoteleros trata de captar a la ingente masa de turistas de clase media, que oscila en recursos. En 1829, el arquitecto Isaiah Rogers emprendió la construcción de un gran hotel en Boston, La Tremont House, el primero que ofre- ció habitaciones con llave, lavabo, una jarra y una barra de jabón. Con vistas a la Place Vendôme, el palaciego Hotel Ritz de París fue fundado, en 1898, por el hotelero suizo César Ritz, en colabora- ción con el chef Auguste Escoffier. Se convirtió en el primero de Europa por sus servicios de electricidad, cuarto de baño y telé- fono en cada habitación. Las grandes cadenas hoteleras surgen en Estados Unidos durante Los locos años veinte –experimentan un paréntesis durante la II Guerra Mundial- y su auge se dispara a partir de 1950. Curiosamente, varias comparten orígenes que refrendan el tema Todo es posible en América, de la banda sonora de West Side History. Conrad Hilton comenzó alquilando las habitaciones vacías de la casa de su padre; mientras que el matrimonio Marriot regentaba una pequeña sandwichería.