PASADO Y PRESENTE 62 Uniformes para hostelería: pasado y presente Camareros sirviendo a huéspedes en un hotel de Washington. Pasado: del austero peregrinaje al ‘todo incluido’ Lo de intercambiar monedas por cobijo ya era una práctica extendida en el Imperio Romano. Entonces el alojamiento incluía establos para caballos pero no desayuno, almuerzo o cena. Para esto estaban las tabernas. En el siglo XII, los primeros viajeros se mueven más allá de las fronteras, como hizo Marco Polo. “Quienquiera que rehúse a un huésped recién llegado pagará tres sueldos de multa”, proclamaba la ley Burgundia. Decreto que dio Carmen Orús alas a las peregrinaciones, como sucedió con el Camino de Santiago. Pero fue Carlomagno quien dio el impulso definitivo a lo que hoy conocemos por ‘turismo’, cuando obligó a los obispos a que asenta- ran en los monasterios de sus diócesis posadas para pobres y ricos. No fue sino hasta la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, cuando las posadas europeas ampliaron sus servicios para ofre- cer comida y bebida. Aunque el aspecto lúdico de trasladarse de un punto a otro para beneficio propio llegó con los balnearios. En playas y entornos con aguas medicinales, se construyeron baños terapéuticos y, con la llegada de viajeros adinerados, creció la demanda de alojamiento.