EL PODER DEL UNIFORME 26 a la sociedad civil. Aunque no hay que descartar que lo que en reali- dad ha cambiado son las actitudes hacia esos colectivos y por ende nos gusta más su uniforme. ¿El rechazo de las plantillas a un atuendo que proporciona la em- presa se debe más a que consideran que su trabajo no requiere de uniforme o a que la propuesta no les gusta? Me imagino que esas actitudes de los empleados dependen mucho del tipo de actividad de la empresa. No es lo mismo una empresa de seguridad, una de moda o un colegio de enseñanza. Según el tipo de organismo o la actividad de la empresa se podrían ordenar en una dimensión que iría desde un polo de conformismo a un polo de autono- mía. Cuanto más importante sea para los miembros de una institución o de una empresa la autonomía e identidad personal, más desajuste o conflicto generará imponer el uniforme. Y viceversa, el uniforme reforzará simbólicamente el poder, el acatamiento de las normas de la institución. En tiempos de alta represión y oposición al capitalismo en la antigua Unión Soviética en las tiendas prácticamente solo había un modelo y el ciudadano lo único que elegía era la talla. ¿Considera que la falta de empatía con la empresa para la que traba- jan influye en el rechazo al atuendo laboral? No necesariamente es la falta de empatía. Centrándonos en el mundo empresarial, prestaría especial atención a qué tipo de público se exponen vestidos de uniforme, la imagen social de la empresa y los beneficios y perjuicios de verse identificado públicamente como un trabajador de esa empresa. Vestir de uniforme puede molestar porque la imagen que trasmite —o suponemos que trasmite— a los demás revierte sobre nuestra autoestima. En una etapa en que la imagen corporativa de una empresa necesita de todos los apoyos para sobresalir, nos encontramos con restauran- tes de nivel medio cuya plantilla usa atuendos viejos, descuidados, muy alejados de la impresión que debería dar el servicio que se dedi- ca a dar de comer. ¿El cambio es cuestión de tiempo? El modo de vestir del personal de un restaurante es fundamental. Todos aquellos sectores donde la contaminación, la higiene, es crítica se verán beneficiados por la uniformización del personal. El uniforme del personal de un restaurante no hay por qué imaginarlo como el típico del personal de servicio. Hay uniformes con mucho estilo, que entroncan admirablemente bien con la parte creativa o artesanal de la actividad culinaria. ¿En qué premisas debería basarse el encargado de elegir los diseños para una plantilla? Primero, la funcionalidad y comodidad. No tiene sentido llevar un uniforme de camisa y chaqueta en un restaurante de playa, por ejemplo. Segundo, adaptarlo a la moda, en formas y colores. Tercero, crear un uniforme cuya semántica se acople con el contenido de la actividad de la empresa. Cuarto, en algunos sectores se puede intro- ducir pequeñas variaciones entre los uniformes, pero todos dentro de un mismo estilo, o sea, que el uniforme trasmita a la vez identidad social (pertenencia al grupo) e identidad personal (diferencias entre los miembros del grupo).