EL PODER DEL UNIFORME Háblenos sobre su trayectoria y de sus especialidades en psicología Tras licenciarme en Psicología por la Universidad de Salamanca,me especialicé en Psicología Social en el Laboratorio de Psicología Social Experimental de la Universidad de Ginebra, donde estuve ocho años. Primero como profesor titular, y desde 2005, como catedrático de Psicología Social. Ahora trabajo en la Universidad de Valencia. Aunque he publicado investigaciones sobre temas diversos (uxorici- dio, desobediencia masiva del código de la circulación, tabaquismo, representaciones sociales) mi gran tema de especialización es la influencia de las minorías en la innovación social y cómo son el con- trapunto de la uniformidad y conformismo dentro de un grupo o de una empresa. Estudio cómo es posible que individuos y minorías sin poder, ni prestigio terminan modificando la mentalidad de la mayoría y son un motor de transformación de cualquier sociedad. Actualmente trabajo en una teoría sobre los prejuicios, centrada en comprender la psicología de la impermeabilidad a la información objetiva. Si bien el uniforme en negocios privados o colegios tiene detractores, cumple con su finalidad de identificación. ¿Por qué existe este rechazo? En términos generales, porque lo primero que evoca un uniforme es el poder institucional y la anulación de la individualidad. En la medida en que en una sociedad o un colectivo determinado rechace las relaciones verticales, de poder y sumisión a éste, y además valore la autonomía personal, el uniforme —en abstracto— choca de lleno con ello. Y, por supuesto, la identificación, o sea, que cualquiera pueda ver a qué colectivo perteneces, no siempre es deseable por multitud de razones. En los últimos quince años se ha dignificado el diseño de uniformes y prendas laborales, por el interés de las empresas de ofrecer una bue- na imagen corporativa. ¿Hasta qué punto beneficia a una enseña el buen aspecto de su plantilla? Sin duda, el uniforme da consistencia y entitatividad a la empresa. Al anular las diferencias en el modo de vestir de sus empleados, el cliente tiene la sensación de estar en interacción con la empresa más que con un empleado de la empresa. El uniforme produce un cambio de las categorías en interacción, hace pasar de un nivel trabajador-cliente a un nivel empresa-cliente. El efecto es notable en general. Todo eso dicho en términos abstractos, porque en realidad hay que analizar tipo de actividad de la empresa y el efecto potenciador o inhibidor que puede suponer la uniformización de los empleados. A bote pronto, si se trata de una empresa de moda de vestir, hay que sopesar bien el efecto del uniforme de sus empleados. En esta entrevista vamos a considerar como grupos aparte aque- llos en los que la uniformidad es imprescindible: policía, bomberos, ejército... colectivos que también han mejorado actualizando su imagen. De todas formas, me interesa saber cómo reacciona el ciu- dadano ante estos grupos. Yo diría que lo han hecho muy bien. Los cambios de uniforme que han llevado a cabo cuerpos como la guardia civil o la policía nacio- nal son muy interesantes. Quizá los cambios respondían a aspectos prácticos, de funcionalidad, nuevos tejidos, etc. Pero al mismo tiempo fueron adaptados a estilos de vestir con un aire más próximo 25