14HORECA Hoy conviven Estamos inmersos en una época de gran confusión. Hasta las postrimerías del siglo pasado uno podía encontrarse con camareros profesionales en cualquier bar, restaurante o cafetería.Ahora intervienen mucho el factor suerte y el nivel del establecimiento. establecimientos cuenten en su plantilla con la generación mejor formada de todos los tiempos. Sumilleres que entienden mucho de vino, maitres que saben resolver problemas y hacen sentir a los comensales confortables, camareros que se conocen la carta y saben sugerir... En pocas palabras, los mejores profesionales están entre nosotros. Pero no en todas par tes. La masificación del turismo, la corta duración de los contratos –coincidentes con las épocas de mayor consumo de cada establecimiento-, la falta de trabajo que conlleva a aceptar cualquier salida sin tener las condiciones o la vocación, los universitarios que esperan un trabajito de verano para sus gastos de invierno...Todos estos factores se dan cita en el sector de la restauración. Hace falta tomarse en serio el servicio para que, poco a poco, los empresarios de la restauración erradiquen las malas prácticas en su local.Y, por si fuera poco, en un La falta de preparación en el buen servicio al cliente se manifiesta de las maneras más insospechadas. A veces, sentado en una terraza te sientes invisible porque nadie te pregunta lo qué quieres, otras te muestran una carta sin tener idea de cómo y cuáles son las alternativas que contiene. A menudo te cobran en el mismo momento en que te sirven. No recuerdan cómo te tomas el café aunque pidas todos los días lo mismo.Y coinciden en una expresión que ningún camarero profesional debería permitirse cuando un cliente está tomando una bebida que contiene alcohol: ‘¿Le sirvo otro?’ La confidencialidad entre cliente y camarero se sobreentiende. Si se formula esta pregunta, todos los clientes del local pueden llevar la cuenta de las cuantas copas te has tomado. par te tan impor tante de PIB Hace unos cuarenta o cincuenta años, ser camarero era una profesión de la que el buen servicio y la amabilidad formaban parte intrínseca. Actualmente, el mal servicio convive con el muy bueno. Y, afortunadamente, la tendencia que se va imponiendo es revalorizar el servicio de sala y esperemos que, por extensión, alcance a bares y cafeterías. Han surgido por cientos escuelas de hostelería que preparan a sus discípulos en el arte de servir bien. Ahora, que hay tanto donde elegir y todos los establecimientos tienen la posibilidad de diferenciarse y vestir a su personal de acuerdo a la imagen que quieren transmitir de local, seguimos topando con camareros y demás personal uniformados de con prendas gastadas, con simples delantales cortos y vestidos cada uno a su manera.También aparecen en escena chalecos vetustos y pantalones con brillos y que caen mal. Falta añadir que a un importante número de estos profesionales se le nota que viste prendas de tallas que no le corresponden. Una vez egresados, muchos jóvenes hacen stages en buenos establecimientos para poner en práctica sus conocimientos antes de lanzarse en la búsqueda de un puesto de trabajo. Aun en el caso de que la ropa esté limpia, la imagen que se transmite es de falta de pulcritud, ausencia de dinamismo y desgana. En este reportaje damos ideas para vestir al servicio de sala como debe ser. ¿Qué cuesta dinero? Lo cierto es que hoy en día se encuentra buena uniformidad al alcance de todos los bolsillos. Una pequeña inversión de la que se saca partido de inmediato.Y encima se ha demostrado que un buen uniforme incentiva a quien lo lleva y le hace sentir más cerca de la empresa que lo ha contratado. Y es natural que, siendo España uno de los países más celebrados por su gastronomía, los buenos el bueno y el mal servicio país donde una corresponde a las estancias del turismo entre nosotros, tenemos la obligación de prestar un buen servicio para que de nuevo nos visiten. La diferencia en la atención se percibe también por la indumentaria JOBWEAR 77 2o TRIMESTRE 2016