como en el teatro, que es muy endogámico en ese sentido. Nuestra publicación llega a manos de las tiendas de vestuario laboral que, salvo excepciones, no se distinguen por situar sus productos de la manera más atractiva. Deles unos consejos básicos Hay que cuidar no caer en la monotonía - bustos demasiado alineados o maniquíes con la misma postura- ya que el artículo es de por sí algo repetitivo. Es conveniente que las miradas de los maniquíes se dirijan a un mismo punto, o se miren entre sí, si es posible; el maniquí que esté más cerca de la puerta de entrada nunca debe darle la espalda, sino mirar hacia ella, para transmitir la sensación de invitación a entrar. En cuanto a la selección de artículos, por lo general se suele hacer en base a motivos prácticos, pero no hay que descuidar la combinación de colores, por ejemplo, poniendo más adelante los apagados y detrás los llamativos; cuando es posible, también es conveniente jugar con diferentes alturas. ¿Cómo hacer para destacar un producto en concreto en el escaparate? No se trata de ser original a toda costa, sino de adecuación y de aprovechamiento de los recursos de cada producto. Hay muchas formas de destacar un artículo, según como se planifique la composición: aislándolo del resto, con un punto de luz especialmente potente, colocándolo a la altura de la vista...todo es un juego de compensaciones. Otro error habitual es utilizar luminarias empotradas, con las que no se puede variar la orientación del foco. Tampoco es recomendable utilizar halógenos demasiado potentes: está claro que el escaparate más iluminado de la calle es el que más llama la atención, pero a veces jugar con el misterio y la penumbra puede conseguir un efecto mucho mejor. aquí es seleccionar y apostar por un sólo concepto y desarrollarlo, jugando sólo con él. El resultado es limpio, tiene más fuerza y es más elegante.También se recuerda con más facilidad, además se distingue de la competencia. ¿Cómo se puede atraer la atención de la gente que transita distraída por la calle? La luz suele ser el principal factor, pero también cuenta mucho una composición clara y definida, normalmente insinuando una figura geométrica. La repetición de elementos decorativos, o de un color, y de simular el movimiento de alguna forma, por ejemplo con composiciones en diagonal, también son buenos reclamos. La luz hace milagros. Denos algunas recomendaciones sobre lo que no se debe hacer y lo que sí conviene para iluminar un escaparate adecuadamente. ¿Ayuda tener un motivo para renovar un escaparate? (cambio de estaciones, promociones, ofertas, Navidad, nuevos productos...) Uno de los errores más habituales es utilizar luces de bajo consumo que, aparte de dar una imagen muy deprimente, no resaltan los colores ni producen sombras. Es cierto que consumen poco, pero eso nunca es prioritario en un escaparate, cuyo propósito es siempre invitar a entrar en la tienda. Si se quiere ahorrar consumo de luz, actualmente el mercado de LEDs tiene cada vez más opciones con mejoras respecto al tono y la potencia. Sí, pero hay que saber aprovecharlo huyendo de los tópicos y buscando fórmulas nuevas. A menudo veo demasiadas ideas mezcladas en un mismo escaparate. Este fenómeno se da especialmente en Navidad, cuando se juntan en muchos escaparates todos los motivos relacionados con la fiesta. La clave La fórmula que he comprobado que funciona siempre -técnicamente posible en casi cualquier tienda y perfectamente asequible económicamente- es combinando una fuente de luz cenital a baja intensidad con otras puntuales más intensas desde los laterales, siempre en tonos preferiblemente cálidos, tanto si es un escaparate textil con maniquíes, como con otro tipo de elementos. Al iluminar desde los lados la luz estiliza las figuras y resalta unas zonas más que otras, produciendo espacios de sombra y de penumbra, lo que le da más profundidad y ritmo al conjunto. ¿Es bueno contar con elementos decorativos como paneles, maniquíes...? ¿Cuáles funcionan mejor y se pueden utilizar con frecuencia? ¿Cada cuándo es conveniente que se cambie un escaparate? Y no estamos hablando de moda. En la práctica, sobre todo en tiendas pequeñas, casi siempre depende de la disponibilidad del stock y de cómo se esté vendiendo, pero en teoría se debería considerar en primer lugar el tipo de producto. Una tienda de menaje, una perfumería o una óptica pueden mantener el mismo escaparate tiempos largos, mientras que en las boutiques de moda los cambios son frecuentes y continuados. También interviene la ubicación del local. No es lo mismo una calle periférica que una avenida principal en el centro, que debe cambiar su escaparate más a menudo. Hay una increíble variedad de maniquíes, además de los que uno se quiera inventar, o modificar. Pero no hay que olvidar que aunque el maniquí es una herramienta muy útil, no deja de ser un soporte del producto; por eso hay que evitar maniquíes muy detallados o con acabados demasiado potentes porque distraen la atención hacia las prendas. Pero lo más importante es vestirlos con naturalidad, de manera que no parezcan una simple percha. Con la ropa recién planchada, y los complementos adecuados y discretos. Por descontado, las etiquetas, alfileres, rellenos, etc., nunca pueden descuidarse. JOBWEAR 77 2o TRIMESTRE 2016