25 individuo y se convierte en grupo. El uniforme ayuda a codificar y a diferenciar a distintos colectivos de un vistazo. Pero la diferencia- ción nunca es neutra, siempre supone la expresión de la relación de poder, estatus o prestigio”. rresponde a los diseñadores interpretar la vocación de la prenda y seleccionar el color que mejor comunique el mensaje inmanente a la prenda (limpieza, frescor, asepsia, autoridad, confianza, etc.).Ve- amos algunos ejemplos. Iberia, compañía aérea, fue de las pioneras en introducir el diseño de autor en su uniformidad, lo que le ha va- lido premios como una de las compañías mejor vestidas. Hoy día no es extraño que detrás de humildes prendas de oficios clásicos se encuentre un diseñador –sea conocido o emergente. En cual- quier caso, el uniforme ya no es triste y anodino, sino que compite con líneas de ropa del sector moda con los mismos recursos: cor- tes y caídas que favorecen, coloridos variados, tejidos técnicos con propiedades funcionales (anti-manchas, anti-bacterianos, etc.). Sin embargo, no todos los uniformes, cargados de significación – como se ha dicho- son símbolo de prestigio. Basta pensar en el uniforme de los presidiarios (ya se extinguió el pijama a rayas, un uniforme que sí vestían los presos de los campos de concentración de la Alemania nazi). En algunos casos, hay que aceptar que el uni- forme es puro símbolo (utilizado por el poder de turno) para dis- tinguir (señalar), cuando no estigmatizar al por tador. Hay culturas receptivas a la semántica del uniforme y otras que no lo son tanto (es el caso de la española). Mientras aquí muchos trabajadores rehúsan vestirse de uniforme hasta llegar a su puesto de trabajo, en el Reino Unido, los empleados no tienen reticencia para vestir el uniforme por la calle mientras se desplazan al lugar de trabajo. El verde-quirófano está asociado al pijama de los cirujanos desde hace aproximadamente un siglo, sustituyó al blanco por ser menos fatigoso para la vista: posar la vista de vez en cuando en el verde de uniformes, paños y paredes refresca el cerebro y ayuda a man- tener una buena percepción.Además de que el verde induce calma y serenidad. Si damos por buena la máxima de Mark Twain de “la ropa hace a la persona”, está claro que el poco gusto hispano por vestir el uni- forme fuera del trabajo hablaría a favor de una personalidad fuerte que pugna por reivindicarse individualmente, rechazando consi- guientemente la despersonalización que provoca el uniforme, como hemos señalado. Pero la evolución es incesante: los tonos verdes se avanzan hacia el azul, y los blancos despliegan un abanico cromático en el que se hace evidente que la vida es multicolor, lo que traslada el policro- matismo también al campo de la salud. Poli/meta-significación: uniforme y colorido Un médico confiesa que “mis pacientes se sienten más seguros al ver el tipo de batas que uso. Aunque parezca cómico: estampados de Micky mouse, Donald, El rey león, floreados, etc.). No falta quien cree que mi forma de vestir no corresponde a la de un médico, pero así me siento bien”. El significado de las prendas es doble: por una parte, está el color y, por otra, la prenda en sí misma. Desde la antigüedad, la ropa y el modo de vestir han sido elementos de distinción entre personas, cargos, dignidades, clases sociales en fin; elementos de distinción que persisten –aparentemente más diluidos- aún en nuestros días. En ropa laboral es vital conocer las sensaciones que transmiten las prendas. Seleccionar los colores adecuados de la ropa de trabajo en función de los valores que se pretende comunicar marca la di- ferencia entre una ‘imagen rentable’ o una mala imagen. En el avance del uso discriminatorio –en sentido estricto- del color, cabe anotar la desaparición de la típica prenda carcelaria de rayas horizontales alternando el blanco y el negro. Creada en el XIX en Estados Unidos, defensores de los derechos humanos la denostaban por considerarla humillante. El naranja actual –casi fosforescente- permite la fácil visualización de los presos. Para incrementar dicha visualización (especialmente en intentos de fuga), en algunos Estados, los presos visten ropa interior de color rosa, de lo que podrían inferirse meta-significaciones libres en función de quien descodifica. El uniforme, en tanto que elemento de marketing y comunicación de las empresas, explota la influencia del color. Los colores vivos se asocian al optimismo, mientras que los oscuros, a la sobriedad. Co- El uso del color como estigma social La importancia del color ‘El color escarlata’ (película) mostraba el uso del color para señalar la deshonra de los infractores de una convención social. Alicia Sánchez Ortiz, autora de “El color: símbolo de poder y orden social”, señala que la ideología “conlleva la instauración de una segregación a través del vestido.Y en este punto, no conviene olvidar que el deseo de la sociedad de identificar a ciertos miembros con unos signos especiales para humillarlos es ancestral. Los añadidos a la ropa o las prendas en sí mismas constituyen un elemento apropiado para tal fin, en el que los colores significaban la señal de distinción”. En esta categoría encontramos el brazalete con la estrella de David que debían lucir los judíos en los guetos (II Guerra Mundial). Según la citada autora,“las marcas de las minorías sociales se rigen por ciertos principios: 1. El símbolo o ropa-símbolo, entendiendo por esto su color, su forma o ambos, debe ser completamente distinto de los que lleva la mayoría. 2. El distintivo, como accesorio o prenda, debe ser claramente visible. De ahí que se eligiesen colores brillantes que al incrementar la visualidad de los parches permitían que éstos cumpliesen su función. 3. El signo de diferenciación tiene que ser reconocido por la sociedad. Es importante tener en cuenta que sin un contexto conocido, un elemento o una combinación inusual de atributos y de color en los mismos pueden no ser suficientes, impidiendo la identificación o causando graves equívocos. La abundante literatura existente sobre los colores para el vestido de los locos pone de manifiesto la gran variedad en su selección. A menudo, se eligieron el amarillo y el verde/azul, pero el rojo también gozó de cierta popularidad y, a veces, se recurrió a los tres combinados en las diferentes prendas de su vestido. A los colores se deben añadir los diseños extravagantes de los tejidos”. JOBWEAR 76 1o Trimestre 2016