24El poder del uniforme su efectividad letal contra 650 organismos causantes de enfer- medades, además de ser muy segura. Combatiendo el estrés térmico (ni frío ni calor) Son varias las soluciones técnicas para proporcionar confort tér- mico a la ropa militar. Citaremos aquí una que ejerce un efecto termo-regulador continuo, aunque su aplicación –limitada- se cir- cunscribe a una parte limitada del vestuario militar, por ejemplo ropa de campaña para la nieve. · Outlast Adaptative Comfort® Revolucionario tecnología de regulación térmica que amortigua las fluctuaciones de temperatura corporal absorbiendo el exceso de calor. Si el cuerpo se enfría, el material devuelve el calor al- macenado. De este modo, se facilita la adaptación del cuerpo a su entorno o actividad, manteniendo una temperatura estable que redunda en un óptimo confort térmico (ni frío ni calor). Traje de paseo, llamado también “de bonito” de ejército de tierra. Foto gentileza de la Compañía Europea de Uniformes, S.L. La base de la tecnología Outlast es la denominada Phase Change Material (PCM), una cera de parafina no tóxica que, debido so- lamente a los cambios de temperatura, se transforma del estado sólido al líquido y viceversa. Las micro-cápsulas PCM intercam- bian, durante el proceso de cambio de fases, una gran cantidad de energía (calor). En otras palabras, almacenan y reciclan el calor corporal: si éste es demasiado elevado, se absorbe y almacena el calor excedente; si el cuerpo se enfría, el regulador le devuelve el calor almacenado. Dicho proceso se repite sin fin. Este regula- dor de temperatura tiene una oscilación máxima de 8o C al pasar del frío al calor, o viceversa. La exigencia fundamental es la protección con el menor peso po- sible. Así, la aparición de fibras de polietileno de alto módulo, como Spectra o Dyneema, ha permitido el desarrollo de materiales de similar comportamiento con una considerable reducción del peso. · Protección NBQ Outlast tiene ilimitados usos, que incluyen su integración en fibras acrílicas para fabricar tejidos, así como la incorporación directa a los tejidos de una capa de micro-cápsulas PCM.También puede combinarse con tejidos membrana (Sympatex, Gore-Tex, etc.). Para este menester encontramos prendas elaboradas con telas multicapas, con un tejido exterior pesado, reforzado con una capa de fibra mineral, y un sándwich de tejido con esferas intermedias de carbón activo. Principales funciones de protección Este tipo de prendas de combate reducen la reflectancia de las radiaciones en diferentes rangos de frecuencias (particularmente en el segmento comprendido entre 600 MHz y 94 GHz). La pre- sencia de carbono adicionado en masa en el poliéster, en una mez- cla 33-67% algodón-poliéster, confiere de modo permanente esta propiedad. Los tejidos técnicos para usos militares incluyen “no sólo la pro- tección contra proyectiles mediante el blindaje del cuerpo, (cha- leco antibalas), sino también contra varios riesgos de penetración de arma blanca, vidrio u otros materiales de aristas afiladas em- pleados como elementos agresivos, así como la protección NBQ (Nuclear, Bacteriológica, Química) o la protección frente a la de- tección por infrarrojos”, nos recuerda Ariadna Detrell en el Es- tudio “Innovación textil y textiles de uso técnico”. Una patente de Dow Chemical Company (USA) se basa en un conjunto multicapas, siendo la exterior conductora de la electrici- dad, con lo que disipa e impide el rebote de las ondas de radar. · Propiedades antiestáticas En el ámbito estricto de la prevención de riesgos laborales la ropa militar desempeña diversas funciones: · Protección antibalas El avance más significativo en el área de la balística ha sido el des- arrollo y empleo de para-amidas, tales como Kevlar o Twaron. Estas fibras, de elevada tenacidad y bajo alargamiento, se usan en la confección de prendas de blindaje del cuerpo superponiendo holgadamente muchas capas (normalmente de 16 a 20), de forma que cada capa cubre y proporciona una resistencia pro- gresiva contra las balas o a la penetración de fragmentos. Los nanotubos de carbono pueden incrustarse en los tejidos aportando protección frente a la detonación, además de otras multi-funciones de naturaleza mecánico-eléctrica y de efecto ba- rrera (nano-revestimientos exteriores, que mejoran, por ejemplo, el compor tamiento ante las llamas, optimizan el tintado de los te- jidos, etc.). La nueva generación de estas fibras para protección balística, de- nominado Kevlar Ht (alta tenacidad) o Kevlar 129, ha sido con- cebida para mejorar el confort de los chalecos antibalas, disminuyendo su rigidez y peso sin menoscabo de sus caracte- rísticas protectoras. Podrían incluirse otros ejemplos, pero basta decir, como colofón, que la multitud de aplicaciones y continuos desarrollos nos augu- ran un futuro inmediato en el que la nanotecnología será la ca- racterística principal de la industria de los tejidos, como se hizo patente en Techtextil 2013. La triple protección debe responder ante diferentes riesgos: agen- tes químicos, bacteriológicos, radiaciones nucleares, llama, etc., manteniendo, en lo posible, las necesarias características de con- for t. · Protección para evitar la detección · Resistencia a las llamas (Flame Retardancy – FR) Función esencial para un traje de combate, basta con señalar que es una característica ‘de serie’ de los tejidos militares de campaña. Gracias a las fibras FR que la constituyen, esta ropa presenta una JOBWEAR 71 No IV / 2014