Editorial También los visitantes esperan mucho de Sicur Los expositores participan en Sicur llenos de expectativas. Si están en la feria hay que presuponer dos cosas, saben que la mejor salida a la crisis es abrir nuevos mercados y tienen nove- dades para dar a conocer. Pero, en ningún caso hay que olvidar que los visitantes también tienen sus esperanzas puestas en el certamen. Quieren encon- trarse con nuevos productos capaces de impulsar las ventas de sus empresas o establecimientos. Lo peor que puede suceder es que un expositor prometa nuevos artículos, diferentes o es- peciales y que la realidad le contradiga. Malo para él, malo para quienes se acerquen a su stand. Decepcionar puede significar un gran error de marketing. Si tenemos en cuenta el alto coste que significa disponer de un stand, huelga decir que se hace imprescindible sacar el máximo partido a la oportunidad de exponer. Muchas firmas son cons- cientes de que el mercado exige cada vez más novedades y pre- sentan productos atractivos por diferentes factores, calidad, diseño, confort o precio. Sin embargo, otras exhiben más de lo mismo con el argumento de que los productos que tienen ya responden a la demanda de sus clientes. Lo cierto es que las novedades constituyen un foco de atracción que impulsa al conjunto de las ventas. El visitante que se toma la molestia de acudir a una feria lo hace con expectativas de descubrir nuevos productos y servicios. Para adquirir lo cono- cido, le bastaría con descolgar el teléfono y formular el pedido. Sin lugar a dudas, es imprescindible que un stand genere un flujo de visitantes importante que redunde en contactos. Para esto hay que crear unas condiciones que pueden resumirse tres, ex- poner novedades como reclamo, conseguir que el stand consti- tuya un ámbito agradable donde el visitante se sienta a gusto, y dispensar una atención profesional informando y solventando dudas. De no cumplir con estas premisas puede darse el caso de que el paso por la feria de una firma no reporte ningún be- neficio, lo que puede dar lugar a que achaque su fracaso al cer- tamen.Y lo más deplorable es que la inversión realizada con su presencia en el evento se habrá perdido.