28/Aniversario 58 20 años del calzado de trabajo Gore-Tex en Europa Una historia de éxito continuado * Ignacio Argote En las dos últimas décadas, el calzado Gore-Tex no sólo ha estado presente en el segmento del deporte y el ocio, sino también en el ámbito laboral. Utilizado a principios de la década de 1990 para el ejército, actualmente el calzado de trabajo Gore-Tex se utiliza con gran éxito en diferentes áreas y en todas sus modalidades (caña baja, media caña o botas). Este calzado es empleado por usuarios tan diversos como los operarios de la construcción, el cuerpo de bomberos, los equipos de rescate o los soldados en el desierto. Desarrollo constante de tecnologías y productos innovadores A principios de 1990, Bob Gore, hijo del fundador de Gore, patentó la Prueba de Confort de la Bota Completa. Su objetivo era determinar la cantidad de sudor que puede transferir el calzado Gore-Tex al exterior, puesto que el confort de los pies depende en gran medida de este nivel de transferencia (se considera cómodo un calzado que mantiene la temperatura de los pies entre 28°C y 32°C). Con esta prueba se establece el confort climático del calzado incluso antes de usarse por primera vez. La Prueba de Confort de la Bota Completa sigue empleándose hoy en día para determinar la transpirabilidad del calzado. Pero la historia del calzado de trabajo Gore-Tex comenzó mucho antes, a partir de 1984 Gore comenzó a colaborar con la Bundeswehr. Poco después, el fabricante de calzado Lowa lanzó una bota de escalada impermeable con la membrana Gore-Tex y, a finales de la década de 1980, la Bundeswehr fue uno de los primeros ejércitos del mundo en incorporarla. Para cubrir mejor las necesidades de los usuarios sobre el terreno, Gore decidió centrarse en el proceso de fabricación del calzado, pues era consciente de que las ventajas de la membrana impermeable y transpirable Gore-Tex sólo pueden transferirse a todo el calzado si éste se fabrica correctamente. Con este fin, Gore ha desarrollado y patentado diversas tecnologías en su laboratorio de investigación del calzado y posee unas 70 patentes de membranas, laminados e insertos, que se integran en los procesos de producción y que durante las dos últimas décadas han formado la base del confort climático de las botas de trabajo y seguridad Gore-Tex. Esta labor de desarrollo continuo ha fortalecido la relación de Gore con los fabricantes de calzado de toda Europa, como Steitz Secura, Haix, Meindl, Jolly, Sievi, FAL Seguridad, Robusta o Iturri, que confían en sus laminados y tecnologías innovadoras. Gore ha establecido alianzas a largo plazo con estas compañías y muchas más. Después de iniciar su andadura en el sector militar, los laminados Gore-Tex fueron introduciéndose gradualmente en otros ámbitos, siendo utilizados por el cuerpo de bomberos, la policía y las industrias de la construcción, el transporte y la energía, entre otras. En su incursión inicial en el mercado del vestuario laboral, se vendieron unos 20.000 pares de botas Gore-Tex sólo en Europa. El lanzamiento del Manual del Calzado en 1994/95 por el departamento técnico de Gore fue un importante punto de inflexión para la compañía en lo que respecta a la transferencia de su know how y a su relación con los fabricantes de calzado. Otro elemento decisivo para el calzado Gore-Tex fue el desarrollo de unas pieles más permeables al vapor de agua en colaboración con la Escuela Alemana de Curtidores y diversos fabricantes de piel para desarrollar un acabado repelente al agua que fuera “abierto” y cuyo nivel de transpirabilidad fuera más adecuado para su uso con la membrana Gore-Tex. En1996, Gore lanzó un sistema específico de gestión de la calidad para todos sus socios europeos. Gore verifica constantemente en sus laboratorios y en las plantas de los fabricantes la impermeabilidad, transpirabilidad y durabilidad de los productos finales mediante unos dispositivos especiales, como la centrifugadora Gore. Gore analiza las características y el rendimiento de unas 7.000 unidades de calzado y unos 5.000 componentes. Los resultados de estas pruebas se registran en una base de datos especial que ya contiene información sobre unas 70.000 unidades y unos 60.000 componentes del calzado.