5# Editorial La uniformidad escolar a debate Desde hace unos meses, ha llegado a la calle el debate sobre si se hace necesario imponer la uniformidad en las escuelas. Este hecho tiene su origen en que la cuestión se ha planteado en algunos estamentos políticos. Lo cierto es que el resultado muestra una división de opiniones. Desde nuestra publicación, hemos dirigido la pregunta a los fabricantes de vestuario escolar, tanto a los que se dedican a la confección de batas como a los que comercializan las prendas clásicas de uniformidad. Sus respuestas se encuentran en esta edición, en el especial ‘La uniformidad escolar al alza’. Aunque nuestros interlocutores coinciden en que uniformar a los niños y adolescentes tiene sus ventajas principales en que se evitan las comparaciones marquistas y la vestimenta poco apropiada para asistir a clase, hay un segmento que opina que debe dejarse la decisión a los colegios y a las asociaciones de padres y no menoscabar su autoridad ya que equivaldría a un recorte de libertades. En la misma proporción, hay fabricantes que opinan que la obligatoriedad en materia de uniformidad escolar es recomendable porque reporta muchos beneficios. Aparte de los mencionados, el clasismo derivado de las marcas y el vestuario impropio, está el hecho de que a los padres se les simplifica el hecho de vestir a los niños para ir a la escuela al no tener que elegir la ropa ni discutir sobre lo que quieren o no ponerse. Otras opiniones remarcan el que, debido a la contracción económica, no es este un buen momento para institucionalizar la uniformidad, ya que supondría de entrada un gasto superior para las familias al inicio del curso. En este punto, si se hacen bien las cuentas, lo cierto es que, aunque se hace necesario un desembolso superior, a medio plazo se recupera. Tras recoger las opiniones de los interesados, lo que nos ha quedado muy claro es que el vestuario escolar es un sector que apunta al alza. Se caracteriza por su estabilidad y, cada vez más, por exigir estándares de calidad superiores. The editor’s view School uniforms: the debate For some months now it has been debated if school uniforms are truly necessary. This debate emerged from the questions posed at political levels, and as a result, opinions are divided. Our publication has asked a number of school uniforms manufacturers, from both the sector making pinafores and that making classic uniforms. Their answers are to be found in our special section for this issue: “School uniforms have come up”. Though our interviewees all agree on the major advantages of having kids and teenagers wear uniforms to school, for instance, in avoiding differences when comparing qualities and brands, or having them dress suitably, there is another segment that believes schools and parents’ associations should be the ones to decide, without compromising their authority for this might mean compromising their freedom as well. In this respect there are also manufacturers who believe that school uniforms should be compulsory, because of the many advantages this policy offers. In addition to the above mentioned involving class differentiation through labels, or the unsuitable clothes some kids wear to school, there is the additional advantage of making things simpler for parents because they do not need to argue with kids about what to wear and what is suitable or not. Some others believe that, in view of the difficult situation these days, it is not a good time to force parents to buy uniforms because this would mean greater expenses when school term begins. This, if you do your maths right, means that even though you will have to spend some more money at first, that expense is made up for throughout the year. We reflect the opinions of those we interviewed. As a result, we find that school uniforms and what kids wear to school has become a major point of discussion, but that is it sure to become a sector with great relevance and growth. The sector is known for its stability, and is increasingly characterized for the superior standards consumers demand. Editorial