1.- Control de los semáforos. Muchas ciudades cuentan con un puesto de mando central desde el cual se puede gestionar el estado de los semáforos y el tráfico. Esta estación de control ofrece incon- tables ventajas, ya que permite descongestionar calles con mucho tráfico o favorecer las rutas de servicios especiales. Sin embargo, en el caso de que un cibercriminal se hiciera con el control de este sistema, tendría libertad para manejar todos los semáforos de la ciudad y podría poner todos los semáforos de la ciudad en verde, provocando innumerables accidentes. 2.- Ataques a los coches inteligentes. Los avances en las smart cities también están marcados por la evolución que experimentan los vehí- culos, no sólo en lo relativo a su fuente de energía, sino también a la conectividad. Poco a poco se van vislumbrando los primeros coches autónomos, que cuentan con infinidad de sensores que permiten calcular la distancia con todos los elementos que se encuentran a su alrededor, control de velocidad y freno y un largo etcétera. Al igual que en el caso anterior, un ciberdelincuente podría tomar el control de uno o varios de estos vehículos y provocar colisiones. 3.- Colapsar la red eléctrica. Aunque todavía no es una amenaza visible, dado que en Europa la autogestión de la electricidad en las casas no es una tendencia extendida, si supondrá un riesgo a medio plazo. Un ‘hacker’ podría tomar el control de los sistemas de ges- tión de potencia de las centrales eléctricas y falsear los datos de demanda, o incluso generar un apagón en toda una ciudad. 4.- Suministro de agua. Las ciudades inteligentes cuentan con sis- temas que permiten controlar el flujo de agua o conocer si se ha producido alguna fuga, entre otras posibilidades. Por tanto, uno de los principales riesgos podría ser un corte en el suministro o un aumento de la presión del flujo para averiar el circuito de sumi- nistro. No obstante, la mayor amenaza la representa un posible Las ciudades inteligentes están expuestas a multitud de amenazas que suponen un grave riesgo para la seguridad. Y no sólo en términos cibernéticos, sino incluso para la salud de los ciudadanos acceso al centro de procesamiento de agua, que permitiría modi- ficar los niveles de aditivos químicos del agua y causar problemas de salud pública. 5.- Cámaras de vigilancia. Las smart cities cuentan con infinidad de cámaras de seguridad, que en el caso de ser ‘hackeadas’, podrían ser utilizadas para espiar a personas o controlar los movimientos de un objetivo. “La implantación de la tecnología con el objetivo de mejorar y faci- litar nuestras vidas es un hecho. Sin embargo, en muchas ocasiones se pone el foco únicamente en la inversión y en las medidas que se requieren para llevar a cabo esta innovación, obviando las medidas de seguridad necesarias para estar protegidos de amenazas cada vez más potentes”, señala Eusebio Nieva. “En Check Point”, agrega Nieva, “somos conscientes de la necesidad de ofrecer soluciones capaces de cubrir cada vez más dispositivos y por eso apostamos por la escalabilidad como motor de desarrollo de la ciberseguridad del futuro”. • 43 TERRITORIOS INTELIGENTES