16 Jose Luis Grande Palancares, Product Manager de vehículos eléctricos en Siemens España Móvil y coche, cargados por el mismo patrón Los coches protagonizan hoy el día a día de nuestras ciudades y lo seguirán haciendo. Eso sí, este liderazgo lo asumirán desde una nueva perspectiva, libre de emisiones y ruidos. El automóvil está inmerso en una transformación que le hará abandonar el papel de villano para convertirse en el motor de una ciudad inteligente. Su metamorfosis tiene nombre propio, Electricidad. Los crecientes problemas de contaminación a los que nos enfrentamos ponen de manifiesto la inmediata necesidad de que el coche eléctrico asuma el rol de vehículo privado. A principios de año, la Comisión Europea nos dio un ultimátum, junto a ocho países, por las continuas vulneraciones de la legislación europea en materia medioambiental. Y aunque nos libramos de la sanción del Tribunal de Justicia de la UE, seguimos en el límite. La penetración de la movilidad eléctrica es clave si queremos cumplir con los objetivos marcados por el acuerdo climático de París y con la normativa comunitaria de calidad del aire. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) se ha mar- cado como meta fomentar su uso y aspira a poner en circulación 100 millones de vehículos cero emisiones en todo el mundo antes de 2030. En España vamos por el buen camino. Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, en 2017 se matricularon en nuestro país 13.021 coches eléctri- cos puros e híbridos enchufables, un 110,6% más que en 2016. Además, el 70% de los españoles considera necesario, de acuerdo con dicha asociación, utilizar únicamente eléctricos o híbridos. Pero, si la percepción de estos vehículos es buena, ¿por qué su compra sigue sin avanzar al ritmo deseado? ¿Qué frena su adquisición? Los ciudadanos siguen teniendo ciertas reservas en relación a la escasez de puntos de recarga, al precio y a la autonomía que ofrecen. La responsabilidad de empresas como Siemens es desarrollar la tecnología que derribe estos obstáculos y que faci- liten la vida del automóvil eléctrico dentro de la ciudad. Una de las barreras que impide el crecimiento de los e-cars es su dependencia eléctrica. El triunfo del automóvil fue posible porque otorgó liber- tad al conductor. Nos permitió desplazarnos bajo la sensación de que podemos recorrer cientos de kilómetros y llegar a cualquier destino sin más obstáculos que nosotros mismos. Esta indepen- dencia también nos la ofrecería el coche eléctrico si las estaciones de recarga fueran una realidad. Y es que, si el e-car no ofrece esa preciada libertad, jamás podremos sacar al coche tradicional de nuestras carreteras. MOVILIDAD