46 GUÍA SMART CITIES Uno de sus ámbitos apuesta por la utilización y conservación de los recursos naturales y energéticos. construir soluciones avanzadas en la prestación de servi- cios dentro de la propia Administración y hacia el ciuda- dano. Y por último, existe una especialización más tecnológica que se focaliza en la robustez de las infraes- tructuras, la automatización de los procesos, y la seguri- dad de la información”, apunta. Participación ciudadana en el desarrollo de las Smart Cities Los ciudadanos conocen y experimentan las ventajas que la aplicación de las TEIC ofrecen a los usuarios y, normal- mente, existe un demanda progresiva creciente de solu- ciones, tecnologías y recursos para los modelos de gestión ciudadana. Tal y como apunta el director general de Gaia, “la dificultad estriba en identificar el modelo de servicio adecuado para su despliegue y mantenimiento, es decir, qué parte compete a responsabilidad pública o social (co- financiamiento público), y que parte compete a responsa- bilidad privada. Para evidenciar esta respuesta no hay más que preguntarnos qué haríamos hoy si no tuviéramos mó- viles, callejeros digitales, servicios on-line, etc.)”. En relación a esto, desde Gaia creen que el fomento del desarrollo de los servicios ciudadanos es una necesidad, y esto a su vez sería consecuencia del equilibrio entre la cofinanciación pública y privada, y también, una labor compleja pero muy rentable de interoperar entre los dis- tintos departamentos o responsabilidades en las compe- tencias de las ciudades. Para intervenir en el desarrollo en las smart cities, creen que los ciudadanos deberían agruparse en colectivos (asociaciones, redes sociales, etc, ..) que pongan en valor y dinamicen sus necesidades principales de los ciudadanos, con objeto de atender en primer lugar a las inquietudes de los mismo. “Las empresas deben de formar parte de esas dinámicas para escuchar e interpretar en qué forma las tecnologías pueden acompañar esas demandas, y buscar formatos para socializar lo máximo posible los servicios ofertados. Si bien la participación ciudadana y empresarial es nece- saria, la responsabilidad del desarrollo de las ciudades recae en la Administración Pública, por tanto, es necesa- rio cerrar el círculo con la presencia y proactividad de las propias Administraciones”, opina Tomás Iriondo. Presente y futuro de las Smart Cities En cuanto al desarrollo actual de las ciudades inteligentes en nuestro país, el director general opina que en España existe una carrera por posicionar las distintas ciudades como referentes en el ámbito de Smart Cities internacio- nales. “Entendemos que esto puede ser consecuencia de la percepción e importancia que otorgamos al Servi- co-Turismo en el país, y por ello proyectamos de manera proactiva las bondades de nuestras ciudades. Si bien la realidad es diferente, y muchas de las denominadas Smart Cities no dejan de ser soluciones tecnológicas par- ciales que distan mucho de desplegarse en un entorno de ‘gestión inteligente de la ciudad’, es por tanto todavía un concepto de marketing y que tiene mucho recorrido por delante”, afirma Iriondo. Desde su punto de vista, una Smart City no tiene un pa- trón único que asegure su desarrollo, es decir, que las Smart Cities deben estar orientadas a las actividades nu- cleares de nuestras ciudades, y por tanto, pueden ser desarrolladas en diferentes ámbitos: turísticos, industria- les, comerciales, de servicio, e incluso en ámbitos rura- les. “Lo importante es responder a las prioridades del entorno, tanto en el área administrativa, como en la pres- tación de atenciones a ciudadanos y organizaciones de la urbe”, apunta. En este sentido, Iriondo considera que la transformación hacia una Smart City es un camino largo que requiere no sólo de tecnología, sino de cambios en las conductas de las personas, en los procesos de tramitación de los ser- vicios, en la participación y modelos de trabajo, así como en las infraestructuras, las cuales deben estar dotadas de mayor grado de tecnología y conectividad. “Es necesario reinventar la formula de relacionarnos en las ciudades entre administración, ciudadanos y organizaciones. Es ne- cesario un mayor flujo de información entre los tres agen- tes mencionados con objeto de optimizar la gestión, simplificar los trámites, reducir coste de prestación de servicio y mantenimiento y, sobre todo, mayor transpa- rencia y eficacia en la gestión público-privada de las ciu- dades”, sentencia el director general de Gaia, Tomás Iriondo. I panorama