entrevista de aquellas inversiones significativas y ejemplarizantes. E.I.: La Generalitat cuenta con el Pla de l’Energia i Canvi Climàtic 2012-2020. ¿En qué fase se encuentra? M.R.: La Generalitat aprobó en 2012 el Pla de l’Energia i Canvi Climàtic 2012-2020, un documento que marca la hoja de ruta en materia de política energética para el país a medio plazo. El Pla se fijaba como gran meta cumplir con las exigencias europeas en materia de energía, el famoso 20-20-20 (reducción del 20% en el consumo de energía, participación del 20% de las energías renovables en el mix energético, y disminución del 20% de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero). Sin embargo, y pese a que las líneas estratégicas del documento siguen siendo válidas a día de hoy, la larga crisis económica y la reforma energética realizada de forma unilateral por el Gobierno central han hecho que los objetivos numéricos y algunas estrategias no sean viables en el horizonte 2020. Por ello, ahora mismo estamos revisando el documento para ajustarlo al contexto actual sin que pierda su filosofía. “Entre las políticas energéticas del Pla de l’Energia i Canvi Climàtic está l’Estratègia catalana per a la renovació energètica d'edificis, un paquete de medidas destinado a incentivar a los propietarios de 1,2 millones de edificios de Catalunya, tanto para usos residenciales como terciarios, para que mejoren su comportamiento energético, impulsen el ahorro energético y sus condiciones de habitabilidad” E.I.: ¿Qué medidas concretas afectan a la construcción sostenible y la optimización del consumo energético en edificios? M.R.: El Pla de l’Energia i Canvi Climàtic incluía una línea estratégica centrada en la sostenibilidad energética de los edificios, que se debía concretar en el fomento del ahorro y la eficiencia energética en la rehabilitación de edificios, la mejora de la gestión energética en el parque de edificios existentes o la optimización de los consumos en los edificios públicos, por ejemplo. Y esta línea estratégica se ha materializado en políticas como l’Estratègia catalana per a la renovació energètica d'edificis, un paquete de medidas destinado a incentivar a los propietarios de 1,2 millones de edificios de Catalunya, tanto para usos residenciales como terciarios, para que mejoren su comportamiento energético, impulsen el ahorro energético y sus condiciones de habitabilidad y confort. O como el acuerdo de Gobierno para reducir el consumo energético en los edificios públicos, que desde 2011 se está traduciendo en la optimización de los contratos de suministros energéticos de los edificios de la Generalitat y en la aplicación de paquetes de medidas de ahorro y eficiencia a través de empresas de servicios energéticos, como en el caso del Centro de Alto Rendimiento deportivo de Sant Cugat del Vallès, y que han permitido un ahorro superior a los 6 millones de euros en la factura energética de la Generalitat. O como las distintas medidas de impulso a las empresas de servicios energéticos, para que su modelo de negocio se vaya extendiendo y generalizando entre el sector terciario. E.I.: Los hoteles son grandes consumidores de energía. Dado el peso del sector hotelero en Catalunya, ¿afectan las medidas del Pla a este tipo de edificios? M.R.: El turismo es uno de los principales sectores de la economía catalana, supone cerca de un 13% del PIB. Ello implica que los equipamientos turísticos tienen una elevada participación en el conjunto del parque de edificios, y aunque muchos de los hoteles ya cumplen los requisitos obligatorios que incluye el Código Técnico de la Edificación para los edificios de nueva construcción, 58 El INSTALADOR no525 enero 2015