Estas temperaturas junto con los rendimientos mínimos exigidos a los generadores de calor, nos marcan una tendencia clara hacia el uso de calde- ras de condensación como primer paso hacia sis- temas más eficientes. Pero también será necesa- rio revisar el funcionamiento de los emisores, el sistema de control y la red de distribución para poder exigirle a la instalación el máximo rendi- miento. También, el Código Técnico de la Edificación (CTE) ha provocado una mejora cualitativa en los niveles de aislamiento en la envolvente de los edificios, que reduce de las cargas térmicas de calefacción por transmisión para mantener un in- terior confortable. Por todo ello, debemos tomar un nuevo enfo- que a la hora de diseñar la calefacción de una vi- vienda para alcanzar los niveles de confort dese- ados. Una de las partes más importantes en este nuevo contexto es el emisor. Históricamente, el emisor no era más que un objeto que al estar a mayor temperatura que el ambiente desprendía parte del calor, calefactando la estancia. Pero con temperaturas más bajas de agua, es necesa- rio dimensionar los emisores para que sigan cu- briendo las necesidades de la vivienda, y a pesar de que la demanda de calefacción se ha visto re- ducida, debido a la bajada de la temperatura del agua, sigue siendo necesario aumentar el tamaño de los emisores. Este hecho plantea al proyectista la obligación de trabajar de acuerdo con el cliente o usuario fi- nal para poder definir los objetivos que se quieren alcanzar en la instalación, tanto en confort como en ahorro energético. Se ha de hacer entender al cliente que tanto bajar la temperatura de impul- sión del agua, como el correcto dimensionado de los emisores a baja temperatura, va a ser la base fundamental para delimitar el consumo energéti- co de la instalación. Por otro lado, puesto que el estudio de las car- gas térmicas se realiza para la temperatura míni- ma anual, la mayor parte de la temporada de ca- lefacción, las temperaturas oscilan por encima de este mínimo absoluto, permitiendo que en gran parte de la temporada, las temperaturas de tra- bajo puedan estar por debajo de las temperatu- ras de diseño, pero esto también demanda un cuidado proceso de diseño y regulación de la ins- talación y la unidad generadora de calor. Las nuevas calderas de condensación nos per- miten programar curvas de funcionamiento en base a la temperatura recogida por un sensor ex- terno. Pero al final, es el emisor de baja tempera- tura y un correcto dimensionado lo que nos va a permitir alcanzar los mejores resultados en cuan- to a ahorro energético. Por este motivo vamos a ver las diferencias principales entre los emisores tradicionales y los emisores a baja temperatura. Como hemos comentado, cualquier objeto a una mayor temperatura que la del ambiente es un emi- sor o radiador en potencia, pero cuando trabaja- mos a baja temperatura, necesitamos aumentar la superficie de intercambio de calor con el ambiente exponencialmente, y este dato lo podemos ver en base al exponente “n” de cada emisor. Hasta ahora, el único emisor que se venía utili- zando a baja temperatura era el suelo radiante, ya que en sí, es el radiador con la mayor superficie de intercambio posible, puesto que ocupa toda la su- perficie de la estancia a calefactar. Pero que tra- baje a baja temperatura no significa que funcione de una forma eficiente, es decir, consumiendo la menor cantidad de energía posible. Con la mejora de las envolventes de los edifi- cios, la demanda de calefacción se ha reducido considerablemente, y los aportes gratuitos de energía, como el calor del sol en cerramientos, de planchas, televisores u otros electrodomésticos, que antes pasaban desapercibidos, ahora suponen un importante aporte dentro de la demanda de una vivienda. De esta manera se consigue reducir el consumo energético, pero también hay que tener en cuenta el confort, y los aportes gratuitos y las variaciones de temperaturas, pueden provocar desconfort, tanto por aumentos indeseados de la temperatura como por desfase entre la demanda y la respuesta en emisión de calefacción que provo- Climatización eficiente (I) El INSTALADOR no 525 enero 2015 27