MINERÍA 52 No obstante, en ocasiones, y sobre todo tras el cese de la actividad minera, el efecto producido es el con- trario, como ocurre en el caso de las poblaciones de conejo que pueden llegar a incrementar el número de individuos como consecuencia de la aparición de entornos favorables (escombreras mineras) para su refugio y cría. Este incremento poblacional suele llevar consigo el incremento de las especies pre- dadoras que de ellos se alimentan. Además de las escombreras, ciertas especies rapaces pueden apro- vechar las instalaciones mineras y los cortados de cortas agotadas para anidar y establecer sus zonas de alimentación (fig. 11). Finalmente indicar que ciertos quirópteros se aprovechan de las galerías mineras abandonadas para constituir sus refugios. Una afección a tener muy en cuenta al planificar una actividad minera es la ocasionada por los tendidos eléctricos de nueva construcción que se precisan para alimentar de energía las instalaciones mineras. En este caso es necesario cumplir con todas las exi- gencias legalmente establecidas en la legislación sectorial competente para evitar que se produz- can un aumento de la mortalidad de las aves por electrocución. Afecciones a la directiva de Hábitats, Red Natura 2000 y REN En la actualidad, cualquier proyecto minero que se quiera desarrollar debe de considerar las posibles afecciones del mismo a la directiva de Hábitats y a la normativa que hace referencia a la Red Natura 2000 y la Red de Espacios Naturales (REN). Como es natural, los estudios de valoración de las posibles afecciones a estas figuras de protección es de suma importancia de cara a la implantación de una actividad extractiva en una zona concreta, pudiendo resultar un factor determinante. Tal es la importancia de este apartado que actualmente, para cualquier tipo de actividad minera, incluso en las fases de exploración e investigación, es preceptivo analizar previamente la incidencia de los trabajos a desarrollar (Informe IRNA). Alteraciones en las aguas Uno de los impactos medioambientales de mayor relevancia ocasionados por la actividad minera es el relativo a las aguas, ya sean superficiales o profundas. Es de gran importancia conocer, valorar y cuantificar las alteraciones ocasionadas sobre la red de drenaje para establecer medidas correctoras y preventivas que minimicen las afecciones, de tal manera que tanto la calidad como la cantidad de las aguas no se vea comprometida. Por norma general, los distintos elementos de una operación minera se diseñan de manera que no incidan directamente sobre ningún curso de agua, permanente o estacionario. No obstante, en caso de que se produjese alguna afección sobre la calidad de las aguas del entorno, el origen de estas afecciones puede ser: • Por contaminación de los cursos de agua como con- secuencia de vertidos accidentales. • Como consecuencia de fenómenos erosivos moti- vados por fuertes lluvias que originan arrastres de material. • Por escapes procedentes de los diques de las balsas de decantación y/o presas de lodos. Se trataría de partículas en suspensión que podrían llevar partícu- las con contenido metálico y otras generadoras de aguas ácidas (fig. 12). • Por escurrido de efluentes desde la propia planta de concentración mineral (productos químicos o agua de proceso). Hoy en día existe un estricto control por parte de los organismos de cuenca encargados de velar por la conservación y el mantenimiento de la calidad de aguas pertenecientes al dominio público hidráulico, siendo habitual la reutilización íntegra de las aguas sucias procedentes de los depósitos de almacena- miento de aguas de escorrentía o las generadas en la planta de concentrado mineral. Estas últimas son sometidas a procesos de depuración para ser de nuevo reutilizadas funcionando con ‘vertido cero’. En ciertas explotaciones mineras se puede producir una alteración temporal del régimen de caudales de las aguas subterráneas motivada por la creación de huecos y excavación de galerías que interceptan los niveles freáticos locales. Estas aguas son evacuadas de las zonas en explotación mediante bombeo y reu- tilizadas en el proceso. Los excedentes son, o bien reinyectados en un acuífero de características físico- químicas similares al interceptado (caso de existir) o vertidos a un cauce superficial, previa autorización del organismo gestor de las aguas. Por norma general, esta alteración de los niveles freáticos intercepta- dos se puede hacer reversible una vez finalizada la explotación. Afecciones al patrimonio cultural Para determinar las posibles afecciones de un pro- yecto minero al patrimonio cultural lo primero que hay que realizar es una consulta del catálogo oficial o listado de los posibles elementos culturales singu- lares o protegidos presentes en la zona de actuación o sus proximidades. Posteriormente se realizará una prospección arqueológica de la zona por per- sonal acreditado y se redactará un informe de la prospección con la finalidad de obtener la autoriza- ción administrativa preceptiva. En caso de existir coincidencia territorial con algunos de los bienes inventariados se balizará su zona de pro- tección y se garantizará su integridad. En el diseño de la mina se tendrán en cuenta estas circunstancias, de tal manera que sean respetadas esas zonas. Alteraciones socioeconómicas Los impactos en el medio socioeconómico se cuanti- fican en función de los efectos que un futuro proyecto