ÁRIDOS La razón de esta caída está, sobre todo, en el comportamiento seguido por la obra civil. Esta actividad, que es tradicionalmente el principal destino de los áridos, solo supone hoy unos 60 millones de toneladas, cuando lo normal es que estuviera en unos 130 millones de toneladas. La inversión pública en infraestructuras ha asumido más del 50% de la reducción del déficit público en España desde el inicio de la década y además se da la situación de que no se está ejecutando lo que se ha licitado. Las Administraciones regionales, a pesar de ser un año pre- electoral, están invirtiendo apenas una cuarta parte de lo que está licitado, y en la Administración central se dan casos como que en Adif/ Adif Alta Velocidad lleven cuatro años consecutivos ejecutando poco más del 50% del presupuesto de inversión. Como consecuencia de todo ello, se estima que desde 2012 España ha perdido unos 30.000 millones de euros en su stock de capital público por falta de inversión y de reposición. Por otra parte, la vivienda, aún en fase de recuperación, sigue estando en niveles de construcción nueva que son la mitad de la media del periodo 1970-1995, es decir estamos en unas 100.000 viviendas nuevas al año frente a las 220.000 anteriores al boom inmobiliario del periodo 2000-2007. Su ligera recuperación (perspectiva de 150.000 vivienda/año) y la insuficiente evolución seguida por la edificación no residencial impiden esperar crecimientos de más del 5% a medio plazo, lo que dejaría el consumo de áridos para la construcción en unos 130 millones de toneladas en el 2020. Ante este panorama, con la obra pública prácticamente paralizada, la patronal del cemento, Oficemen, se ha visto obligada incluso a rebajar su previsión de crecimiento para este año en cinco puntos, del 12% previsto a principios de año al 7% estimado ahora. “La recuperación del sector en volúmenes de actividad a medio plazo será limitada. La obra pública necesita reinventar su enfoque y sus prio- ridades, lo que requiere estabilidad política y la aprobación consensuada de una política de Estado”, señalaba Jesús Ortiz Used, para quien es necesario estructurar mecanismos de financiación completarios o alter- nativos a los Presupuestos Generales del Estado en el ámbito de la obra pública, como el pago por uso de las infraestructuras, las concesiones o los mecanismos de financiación público-privada o privada, entre otros. A nivel estructural, el director general de HeidelbergCement Hispania destacaba que la industria del árido sigue siendo un sector de pymes y empresas familiares, sobre todo en España, lo que plantea nuevos retos para la gestión de los intereses sectoriales y patrimoniales. En nuestro país, la contribución de los cinco primeros grupos al total del sector se ha reducido significativamente durante la crisis, pasando de más del 15% al 7-8% de la producción del país. Y la presión financiera y el escaso rendimiento de los activos industriales, tanto en cemento como en áridos, no permite esperar un cambio de tendencia (1.800 canteras/ graveras activas con 85 Kt/centro activo, el 60% de la media europea). El sector del árido español, según Jesús Ortiz Used, “se mantiene en niveles de facturación unitaria/valoración del producto bajos y poco atractivos para el inversor (en torno a 4,5€/ton de media nacional), y esta situación pone en situación de ‘stress’ y supone un claro reto para las organizaciones sectoriales a nivel económico pero sobre todo a nivel de recursos humanos, ya que obligará a las empresas familiares a asumir nuevas y mayores responsabilidades en las organizaciones sectoriales y a planificar mejor las sucesiones generacionales”. Intervención de César Luaces Frades, director general de la Federación de Áridos (FdA). Por último, Jesús Ortiz Used resumía los principales retos que debe asumir el sector del árido: • Elaccesoalosrecursosyel‘DerechodeOperar’,enunentornode creciente inestabilidad política, son cada vez más cuestionados. • La necesidad de invertir más en la gestión del efecto ‘NIMBY’ (rechazo social a las explotaciones) y en las colectividades locales. • La necesidad de invertir en la economía circular y en la utilización integral de los recursos (por ejemplo, árido reciclado con menos de un 1% de penetración en España frente al 8% de la media europea). • La necesidad de invertir más en la gestión de la biodiversidad para promover la compatibilidad de las zonas extractivas con la red ‘NATURA 2000’ (en España el 27% del territorio queda incluido en la red ‘NATURA 2000’, de lejos la mayor contribución de la UE). • Enfrentarse de manera más eficiente a todas las formas de com- petencia desleal. • Involucrarse de manera más decidida en la promoción del producto final (el 60% de estos productos van dirigidos al producto final hor- migón) y en la creación de ‘Valor técnico’ para el cliente. • Apoyo a las asociaciones sectoriales para dotarles de medios (humanos más que financieros) que les permitan implicarse más eficazmente en la defensa de los intereses sectoriales y en la pro- moción del ‘producto final’. • Una mayor profesionalización del sector en las áreas comercial, de prevención de riesgos, biodiversidad y gestión del efecto ‘NIMBY’. “El Plan Estratégico Sectorial 2012-2025 recoge todas las respuestas a los retos sectoriales. Toca implementarlo y que las empresas fami- liares se conciencien de sus nuevas responsabilidades”, concluía Jesús Ortiz Used. Balasto de calidad A continuación Ángel Contreras, director general de Conservación y Mantenimiento en Adif, puso en valor los 30 años de colaboración de Adif con el sector de los áridos para intentar mejorar la calidad del balasto. “Disponemos del balasto con la mejor calidad de los paí- ses europeos de nuestro entorno”, sentenciaba. inGEOpres 49