La comunicación entre Bogotá y Villavicencio se realizaba a través de una carretera de montaña con doble sentido de circulación. Se trata de una vía especialmente peligrosa por varias razones. La primera es que se encuentra en una zona con terreno muy inconsistente que en época de lluvias provoca derrumbes de rocas y aludes, generando múltiples accidentes y grandes atascos de tráfico. La segunda razón de peligrosidad radica en la circulación masiva de lo que los colombianos denominan ‘tracto-mulas’. Se trata de camiones cargados de combustible que, además de su peligrosidad intrínseca, llegan a generar grandes atascos. Actualmente el número de ‘tracto-mulas’ que circulan por esta vía puede superar las 2.000 diarias. Así pues, surge como única alternativa para acabar con los atascos de tráfico y reducir la tasa de accidentes, la construcción de una autopista de doble calzada sustituyendo a la carretera de montaña y by-passes para hacer frente a los derrumbes, poniendo en modo bidireccional tramos parciales. La nueva calzada tiene 14,8 kilómetros en túneles, con pendientes de hasta 5% y radios de curvatura no menores de 235 metros para garantizar una velocidad de 80 km/h. 36 Túneles en el tramo Tablón-Chirajara Simulación CFD en túneles con mercancías peligrosas en Colombia Ana Belén Amado, I+D+i Ventilación en Zitron, S.A. VENTILACIÓN EN TÚNELES inGEOpres