[TABLA II].- Valores estimados de porosidad (%), según Sanders (1998). de la red o malla drenante que atrae y encauza de una forma controlada el agua que circula por los espacios intersticiales. Otro concepto fundamental del sistema Múlmico® es proveer al subsuelo o el terreno a drenar de una mayor permeabilidad, es decir, cre- ar espacios vacíos de mayor sección, y como consecuencia otorgar al agua vías preferentes de circulación sin que se produzca una merma en sus propiedades resistentes. Consecuencia de este mayor espacio en el terreno para que circule el agua a través de él, es la reducción de la velocidad de flujo, evitando arrastre de partículas sólidas. Cabe señalar, que cada tipo de material tie- ne una velocidad crítica, resultando más estables los materiales bien gra- duados y menos estables los materiales mal graduados. Así mismo, produce un efecto estabilizador en suelos, consiguiendo un aumento del ángulo de rozamiento interno que no solo por pasar a una situación efectiva drenada, sino porque también se produce suc- ción en suelos con capacidad sorcitiva, tal y como figura en el criterio de rotura de el modelo expuesto por Fredlund et al. (1978), que propuso la ecuación de resistencia al corte considerando la succión matricial en la envolvente de rotura de Mohr-Coulomb: Donde la diferencia de presión del aire con respecto a la presión del agua ua-uw, es la succión matricial y φb es el ángulo el ángulo de fricción interna en relación a la succión matricial (Fig. 7). [Figura7].-Envolventederesistenciaparasuelosnosaturados (Fredlund et al, 1978). Para suelos consolidados o sobreconsolidados, el drenaje del terre- no no va a producir disipación alguna de las presiones intersticiales por lo que no se generarán asientos. Incluso en el caso de suelos blandos no consolidados, el sistema puede implantarse, siempre y cuando se reúnan las condiciones favorables tras el estudio del terreno. Todos los problemas: humedades, filtraciones y sus consecuencias, que se ocasionan por la existencia de agua no controlada en el subsue- lo, se consiguen eliminar porque la red o malla drenante consigue cap- turar, confinar y encauzar de una forma controlada el agua que circula por los espacios intersticiales (porosidad eficaz). Red de Microconductos drenantes Múlmico Los microconductos son en definitiva, drenes subhorizontales que permi- ten el paso del agua desde las formaciones o estratos del terreno que la contiene, hasta la propia red por donde transita de forma confinada y con- trolada. Los drenes han de equiparse con filtros de manera que se cum- pla con los criterios de penetrabilidad, así como evitar su colmatación. Cuentan con un revestimiento altamente permeable (filtro) mediante colectores colaterales que facilitan la captación y reconducción del agua. La propia forma de los orificios que producen el filtro evitan de- pósitos granulares del terreno, y con ello su taponamiento (Fig 8). Los filtros ofrecen al paso del agua la mayor superficie libre de infil- tración. Como consecuencia se crea la menor pérdida de carga a la entrada del agua. Lo que es equivalente a que las velocidades sean lo menor posible. El material empleado y la reducida velocidad de pene- tración evitan la formación de depósitos de carbonatos cálcicos por fe- nómenos de precipitación química o de electrolisis. [Fig. 8].- Sistemas de microdrenes. Cortesía de grupo PREASA. La resistencia mecánica de los microconductos inmersos en el sub- suelo, impide que puedan ser aplastados gracias a su resistencia a la compresión, así como resistencia a la tracción. Además, están constitui- dos por un material que cumpliendo con todos los requisitos anteriores son resistentes a la acción corrosiva del agua y del suelo. La red drenan- te es capaz de resistir las acciones fisicoquímicas del medio que la rodea. Para la aplicación del sistema es indispensable conocer las condicio- nes de permeabilidad, transmisibilidad, coeficiente de almacenamiento, espesores permeables (estrato), fisuración o Karstificación del terreno. Estos parámetros permiten el dimensionamiento de los microcon- ductos para obtener una velocidad de infiltración igual o menor a la pro- pia permeabilidad del terreno, lo que supone una enorme ventaja en aquellos terrenos de baja permeabilidad para evitar la migración de finos. Las velocidades de infiltración media que se consiguen con este sis- tema suele ser inferior a 1,8 cm/s. El sistema es apto para provocar nuevamente la infiltración al suelo pudiendo establecer un efecto puente de la zona a tratar; su gran su- perficie de filtración permite devolver el agua captada nuevamente a la formación (estrato). Implantación Para la implantación del sistema Múlmico® solo y exclusivamente se requiere la formación de un cajón (o cajones) de acceso al subsuelo, de reducidas dimensiones (1 x 1 m), que será el posterior receptor (colec- tor principal) del agua resultante de toda la red drenante. El hecho de no requerir excavaciones de cierta dimensión ni apertu- ra de zanjas, permite implantar la malla drenante desde dicho acceso, bajo edificios, bajo fundaciones, trasdosarla a muros de contención o cerramiento y un largo etcétera. Su situación se determinará en función de la geometría que deba requerir cada malla y de las características geotécnicas del terreno. El sistema Múlmico® puede ser implantado desde el interior de la edificación en el caso de existir medianerías (en patios interiores, sóta- nos, fondos de escalera, pozos de saneamiento, trasteros, etc.) o des- de el exterior en el caso de no existir medianerías. En ningún caso la implantación del sistema interrumpe la operativi- dad en el inmueble, no provocando molestias a los habitantes ni dificul- tando la funcionalidad de las instalaciones. Esquema Múlmico aplicado bajo edificación Con la aplicación del sistema Múlmico® al controlar el flujo y confinar el agua del subsuelo de una forma permanente se consigue (Fig 9): 231 42