De acuerdo con la figura anterior, la resisten- cia al corte sin drenaje se puede obtener a par- tir de la expresión (7), expresión ampliamente conocida como el método de la presión de fluencia: (7) Debe tenerse en cuenta que una vez que se alcanza la plastificación del terreno, las ex- presiones (6.1) y (6.2) dejan de cumplirse, y determinar las tensiones principales comienza a ser más complicado, lo que invalidaría la ex- presión (7). Los valores de la resistencia al corte sin dre- naje obtenidos mediante la expresión anterior son mucho más altos que los valores obteni- dos en los ensayos de laboratorio habituales, o a partir de la presión límite. De este modo, numerosos autores han rechazado este méto- do de interpretación del ensayo presiométrico como consecuencia de los resultados excesi- vamente optimistas a que da lugar. El Método de la Presión de Fluencia. Principales referencias bibliográficas Se puede afirmar que encontrar referencias a la posibilidad de determinar la resistencia al corte sin drenaje a partir de la presión de fluencia, no es una tarea fácil. En general, el método de la presión de fluencia es rechaza- do, pues se da por hecho que podría dar lu- gar a una sobre-estimación de la resistencia al corte sin drenaje. Unos autores se refieren a otros al hacer esta afirmación, pero es real- mente complicado encontrar la razón original de este rechazo. De hecho, la mayor parte de las razones esgrimidas para rechazar el método de la pre- sión de fluencia, no se relacionan originalmen- te con el método en sí, sino con el intento de determinar la resistencia al corte sin drenaje a partir de una curva tensión de corte - deforma- ción derivada de la curva de ensayo asumien- do condiciones ideales de no drenaje. La principal referencia encontrada corres- ponde a Briaud (1992): Geotecnia [Figura3].- Círculo de Mohr al alcanzar la presión de fluencia El método de la presión de fluencia no es recomendable, puesto que habitualmente so- bre-estima la resistencia al corte sin drenaje. Esto es así, posiblemente, porque se determi- nan valores excesivamente altos de la presión de fluencia (recompresión del terreno durante el ensayo), o por la relación finita entre la longi- tud y el diámetro de la célula, o porque se con- sideran valores excesivamente bajos de la pre- sión de contacto. Como se puede observar, ninguna de las tres razones esgrimidas se determina de un modo cuantitativo. Por ejemplo, el factor de corrección en fun- ción de la forma de la célula (relación entre lon- gitud y diámetro) debería corresponder a un valor bajo, incluso inferior a 1,1. Este posible efecto no puede considerarse una razón de peso para rechazar el método, y podría des- preciarse, por ejemplo, aplicando un factor de corrección al propio método o a la presión de fluencia. En cuanto a la posible recompresión del te- rreno, probablemente este fenómeno es mu- cho más improbable en suelos cohesivos en los que el ensayo presiométrico puede consi- derarse un ensayo prácticamente no drenado. Evidentemente, no se puede asegurar que la recompresión no se produzca, pero considerar que dicha recompresión pudiese dar lugar a valores de la presión de fluencia mayores a los originales en más de un 10-20% no estaría de acuerdo con ninguno de los modelos constitu- tivos actuales. Finalmente, sería realmente fácil asegurar que el valor considerado para la presión de contacto no es excesivamente bajo, pues bas- taría con tomar intencionadamente un valor elevado de dicha presión o una cota superior de la misma. En definitiva, las razones anteriores no son suficientes para rechazar el método de la pre- sión de fluencia, y basta con introducir una se- rie de factores de corrección, para que el mé- todo sea válido. De acuerdo con Clarke (1995), la aproxima- ción de Marsland y Randolph para determinar la presión de contacto a partir de la curva pre- siométrica, método que es ampliamente acep- tado, se basa en las mismas hipótesis de par- tida que el método de la presión de fluencia. Obviamente, en este caso, las hipótesis de partida no dan lugar a una posible sobreesti- mación de una resistencia, pero la validez de las hipótesis no debería depender de los resul- tados obtenidos. Adicionalmente, un capítulo extenso y real- mente interesante del libro de Clarke está de- dicado a discutir cómo determinar la Su a par- tir del ensayo presiométrico. Sin embargo, la totalidad del capítulo se centra en la determi- nación de la Su a partir de una curva tensión de corte – deformación en condiciones idea- les de no drenaje, curva expresada a partir de la presión límite. Este capítulo, no explica por- qué el método de la presión de fluencia no es válido. De las referencias consultadas, la que más se centra en esta cuestión corresponde a Ba- guelin, Jezequel y Shields (1978). De nuevo, los autores tratan de determinar una curva ten- sión de corte – deformación en condiciones ideales de no drenaje, pero lo hacen para dos escenarios distintos. En el primer caso, supo- nen que el terreno que forma la cavidad no se ha alterado previamente a la realización del en- sayo. En el segundo caso, consideran que las labores de perforación han dado lugar a la for- mación de un anillo de arcilla remoldeada en- tre el terreno inalterado y la célula. Una vez obtenidas las curvas, los autores proponen la realización de un ejercicio consis- tente en interpretar con dichas curvas el mis- mo ensayo de partida (misma curva presiomé- trica dada). La conclusión alcanzada por los autores es que si se formase un anillo de arcilla remoldea- da y no se considerase su presencia al inter- pretar el ensayo, se determinaría un valor con- servador del módulo presiométrico, pero un valor superior al real para Su. Pero debe tener- se en cuenta que: • La curva presiométrica de un suelo cohe- sivo inalterado nunca sería la misma que la de un suelo en el que se hubiese for- mado un anillo de arcilla remoldeada alre- dedor de la cavidad. De este modo, la comparación entre ambos escenarios no puede realizarse para una misma curva presiométrica de partida. • La resistencia al corte sin drenaje se ob- tiene del máximo de la curva tensión de corte – deformación (valor de pico), y no a partir de la presión de fluencia. Como resultado, se puede afirmar que la explicación anterior tampoco puede ser usada como argumento para rechazar el método de la presión de fluencia, en la medida en la que 229 30