Geotermia cíficamente español donde, como comentá- bamos, los recursos se etiquetan para acto seguido canalizarlos por distintas vías admi- nistrativas de promoción, y financiación no debe alejarnos del contexto de aplicación y el potencial real de rendimiento de los recursos, y aún más cuando este potencial se verifica gracias a la riqueza y complejidad de los sis- temas, como es el caso del aprovechamiento de los recursos geotérmicos En virtud del aprovechamiento de su poten- cial termodinámico, el terreno se transforma en un recurso geotérmico. El terreno, el suelo la es- tructura geológica, geotérmica, geotécnica, ge- obiológica sobre y en la que habitamos, y en cuyo contexto realizamos nuestras actividades, es un sistema en sí mismo extraordinariamente complejo cuyos límites varían en función del campo de interacciones que definamos, atrave- sado por flujos de energía que se transforman en él, con capacidad para almacenar, para transferir y para disipar energía, con un compor- tamiento distinto según su composición, morfo- logía, estructura interna y configuración. Cada una de estas y otras muchas varia- bles determina cambios en el comportamien- to del sistema que se manifiestan en otras tan- tas posibilidades o modalidades de aprove- chamiento geotérmico. Es decir no hay una geotermia, una energía geotérmica renovable que se capta o extrae para aplicarla a los edifi- cios sin más. Hay un enorme repertorio de po- sibilidades para la aplicación de la técnica de interacción termodinámica con el terreno y en- tre el terreno y los edificios, en la resolución, no de uno, sino de varios de los subsistemas de la edificación en una acción dirigida a la re- ducción de la demanda (Fig. 5). El del intercambio geotérmico superficial y de baja temperatura es, por tanto, un campo de actuación orientado esencialmente a con- seguir la eficiencia energética de la edificación, y la industria. El objetivo de su aplicación es el ahorro de energía y la reducción de la deman- da. La eficiencia. La geotermia aporta a la envolvente ente- rrada de los edificios las posibilidades del inter- cambio de energía con el terreno, contribuye a la calidad ambiental y a la reducción de la de- manda térmica de los edificios mediante el tra- tamiento térmico del aire, interacciona con las estructuras y la masa inercial de los edificios para transferir energía a y desde su interior equilibra los factores térmicos del aire y la masa envolvente, refrigera y climatiza utilizan- do recursos energéticos de baja intensidad a temperatura moderada, que en otros medios no son más que residuos, constituye un ele- mento de almacenamiento de los recursos energéticos y el almacenamiento es esencial en la gestión de los recursos, la buena gestión que nos permite dosificar los recursos y evita [Fig. 5].- Modelo del ciclo de transformación de la energía en un sistema edificado. Flujo de la energía y generación de residuos energéticos. La flecha roja indica el sentido de actuación cunando la prioridad es la generación y el consumo y la verde indica la secuencia a priorizar en la reducción de la demanda cuando se busca el ahorro y la eficiencia en la reducción del desperdicio energético. Fuente. ENERES estar inexorablemente conectado a la red del suministrador, finalmente, y asociada a la utili- zación de una bomba de calor reversible, agua-agua, permite la transformación de elec- tricidad en calor y la extracción de calor con un magnífico rendimiento. Como absolutamente todo en el contexto de la eficiencia, la aplicación de los recursos ge- otérmicos es contextual, adquiere sentido, ra- zón de ser y posibilidades, desde la interacción con el medio bioclimático, con los factores de uso de los edificios y del contexto urbano. Volvamos al primer esquema (Fig. 1) el del consumo energético de la edificación para com- probar que la distribución geográfica del consu- mo nos aporta un dato más, y es que los máxi- mos desperdicios energéticos se dan como es lógico en zonas geográficas con extremos cli- máticos más marcados, y los consumos se dis- paran precisamente en las regiones que tienen el máximo potencial de aprovechamiento geo- térmico como recurso para la gestión estacional del almacenamiento y el uso de la energía, lo que supone una enorme oportunidad de ahorro. Esta gestión eficiente permite los ahorros generados por la reducción del consumo de cli- matización (que representa alrededor del 50% del consumo doméstico de energía) así como el ahorro adicional generado por la reducción del consumo de energía comercial para agua ca- liente sanitaria (ACS), que supone alrededor de otro 26% del consumo doméstico de energía. La intervención en eficiencia energética supone la potencial intervención en las viviendas, envol- vente, aire, climatización, distribución, acumula- ción y finalmente generación, para conseguir una reducción del 80% en el consumo de cale- facción (con intervenciones sobre la demanda y la eficiencia energética de las instalaciones) y del 60% del consumo de energía comercial de ACS mediante la introducción de energía solar y geotérmica. Sin duda unos objetivos de mucho más alcance de aquello a lo que se aspira con intervenciones de corte tecnológico y de espe- culación en la venta de la energía. Los objetivos de ahorro sólo tienen su lími- te donde acaba la posibilidad de reducir el desperdicio. A los edificios y a sus gestores y usuarios, se les debe exigir un rendimiento efi- ciente en términos de calidad ambiental y ca- lidad en la gestión de la transformación y, en este sentido sólo la utilización conjunta e inte- grada de todos los recursos energéticos del medio y los recursos de gestión y transforma- ción energética mediante la aplicación de la de la técnica, a la luz de la lógica y el equili- brio, en el marco espacial y temporal del ciclo de vida, puede garantizar una obligación exi- gente de prestaciones (Fig.6). Avanzamos, por imperativa necesidad de dejar de desperdiciar y ahorrar, hacia un mar- co prestacional, las fórmulas, los modelos a repetir, la ciega aplicación de tecnología so- bredimensionada y redundante, las normas prescriptivas, las calificaciones, certificaciones y sellos de calidad, ya no valen. Valen los aho- rros y el bajo consumo y para conseguirlo es imprescindible poner en juego todos los recur- sos a nuestro alcance. Este es para nosotros el campo natural de la utilización de los recur- sos geotérmicos. Integración en edificios eficientes de sistemas geotérmicos y termo- activos para la climatización y sistemas geotérmicos para el pretratamiento del aire Calidad del aire interior y confort higrotérmico son dos vectores clave de la eficiencia energé- tica en la edificación. Cuando trabajamos en edificios terciarios adecuadamente concebidos en su envolvente y su intercambio con el en- torno, la integración de sistemas de intercam- bio geotérmico por agua aplicados a la clima- tización y sistemas de intercambio geotérmico por aire, aplicados al pretratamiento del aire de ventilación, supone un aporte muy significativo a la reducción de la demanda. La geotermia aplicada a la renovación de aire supone un factor de reducción de la de- 213 18