Geotermia Sobre los objetivos conviene hacer una pe- queña reflexión en términos muy generales. En España se ha consolidado una concep- ción perversa de lo que es sostenible, de lo que es eficiencia y de lo que es en términos generales bueno para la sociedad y el ecosis- tema, en términos de energía e impacto am- biental. La instrumentalización perversa de algo tan importante se fundamenta en separar la eficiencia de lo que se ha llamado energías re- novables y canalizar, durante años, ya un par de décadas, mediante planes perfectamente estructurados de acuerdo con los agentes lobbysticos más potentes de nuestro país, por la vía políticamente correcta de la subvención, la financiación y la hipoteca del futuro de la na- ción, ingentes cantidades de dinero público, hacia el montaje de negocios privados de ge- neración de energía, subvencionada e incenti- vada. Una estrategia así no puede sino cimen- tarse sobre una enorme campaña de desinfor- mación pública, para que la ciudadanía acabe percibiendo que eficiencia es generar limpio o generar verde, no ahorrar ni consumir menos. En este sentido se define una estrategia de comunicación con el consumidor final orienta- da a mantener la desinformación de los ciuda- danos sobre el coste real y la cuantía tangible de los recursos que se destruyen y pagan. Con tarifas políticamente correctas orientadas a incentivar un consumo irresponsable e in- consciente de agua y energía, y una total au- sencia de tarifas progresivas que estimulen el consumo responsable y la austeridad; cobran- do al final la energía vendida en virtud de di- versos conceptos indirectos compensatorios y múltiples costes complementarios, más o me- nos distribuidos en los presupuestos de las ad- ministraciones, que, al final, pagamos todos. Quien no sabe lo que le pasa difícilmente puede plantear estrategias para mejorar su si- tuación. La información alimenta la acción que permite el equilibrio y la eficiencia. Si el objetivo es la eficiencia, la información alimenta un pro- ceso de retroacción negativa y reequilibrio para no consumir y ahorrar. Si el objetivo es el con- sumo la información alimenta un proceso de retroacción positiva orientado al aumento pro- gresivo de la producción y/o al colapso, como es el caso. En España todos pagamos las facturas de la luz el gas y el agua, pero prácticamente na- die sabe lo que le cuesta realmente un kWh de electricidad, un m3 de gas, o un litro de agua, ni lo que paga por ellos en la factura. Por des- contado que nadie es capaz de calcular lo que paga realmente por ellos indirectamente, y por eso prácticamente nadie se puede plantear una estrategia individual para reducir el consu- mo y recuperar el coste de ese residuo innece- sario. Sin embargo un colectivo muy bien or- ganizado, desde la acción política en la instru- mentalización de la máquina de las administra- ciones públicas, el sector financiero, el sector de la producción, distribución y venta de la energía, los agentes huidos del sector inmobi- liario y los colaboradores necesarios de los sectores universitarios, empresariales, y profe- sionales; aportan a una sociedad a la que se le ha hurtado los recursos para la autocrítica y la decisión individual, modelos colectivos de eficiencia, sostenibilidad y ecologismo. El acelerado metabolismo de la sociedad global del siglo XXI pone en evidencia muy rápi- damente estos montajes, y la prueba irrefutable y visible es que el consumo y el desperdicio si- guen aumentando en progresión geométrica y proporcionalmente al aumento de la producción energética, por muy renovable que esta sea. De entre los modelos de actuación que nos aporta la administración del Estado vamos a co- mentar el de los Servicios Energéticos, porque está ligado por su propia naturaleza a la conse- cución de ahorros que, en todo o en parte, permiten obtener los recursos económicos que pagan las acciones que permiten el ahorro, lue- go se trata de una prestación que rescata un re- curso valioso y que se autofinancia con el valor del recurso rescatado. Indudablemente es una fórmula aplicable a cualquier recurso con valor y desperdiciado, y de estos hay un buen número en nuestro entorno, energía, agua, espacio, ma- teriales, salud, biodiversidad, educación, alimen- tos, etc. y pone en juego un factor esencial que emerge como la clave del uso y la transforma- ción eficiente de los recursos: la gestión. La gestión eficiente de los recursos energé- ticos requiere entre otros una serie de instru- mentos básicos: - Un marco jurídico y reglamentario que garantice la flexibilidad y la libertad en el flujo de la información y la energía. - La gestión en red y distribuida, de la pro- ducción uso y comercialización del con- junto de recursos integrados - La creación de cuerpos de profesionales formados en todos los ámbitos y niveles de competencia de la utilización eficiente de la energía. - La ejemplaridad de la Administración Pues bien el desarrollo del modelo de ser- vicios energéticos en España carece de un marco jurídico y legal bien articulado y desa- rrollado para llegar a todas las escalas de ac- tuación necesarias; no contempla la integra- ción de todos los recursos energéticos al al- cance de la sociedad, ni el desarrollo de mo- delos flexibles y abiertos de transferencia dis- tribuida de recursos en red; no se apoya en acciones prioritarias de formación de profe- sionales en la integración disciplinar para la eficiencia, y no se puede apoyar en la acción de la Administración que no aporta los instru- mentos a la sociedad, y no ejemplifica ni desarrolla los modelos de actuación sobre los edificios gestionados por las administra- ciones del estado. En nuestro país lo que se llama servicios energéticos está, en un altísimo porcentaje, orientado en exclusiva a la financiación de la compra y la instalación de tecnología para la transformación de la energía y en la gestión de la compra de energía. La mejora del rendi- miento de los equipos, en la generación de calor, y frío es el objeto de la mayor parte de las acciones de servicios energéticos en nues- tro país (Fig. 3). En una escala de mayor efi- ciencia que la anterior se desarrollan actua- ciones sobre los sistemas de iluminación y alumbrado público, y, sólo al final, las escasas acciones de servicios energéticos que inclu- [Fig.3].-Lavisióndelamejoradelaeficienciadesdelaperspectivade unsectordeServicios Energéticos controlado por intereses ajenos al ahorro y la eficiencia. Las primeras seis medidas, prioritarias, van dirigidas a gestionar el consumo y orientar los suministros energéticos, una a la gestión y las tres últimas a la reducción de la demanda. Fuente: www.gasnaturalfenosa.com. 213 15