Editorial El Presidente del Gobierno, José Luis Rodriǵ uez Zapatero, y el ministro de Fomento, José Blanco, presentaron el pasado 7 de abril el “Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI)” que tiene por objetivo reactivar la economiá y el empleo a traveś de la inversioń en infraestructuras del transporte. El plan, en colaboracioń pub́ lico-privada, permitirá anticipar a 2010 y 2011 licitaciones por valor de 17.000 ME, el equivalente al 1,7% del PIB. En torno al 70% de las inversiones irań destinadas al ferrocarril para mejorar las redes ferroviarias de altas prestaciones y de cercanías, así como para el transporte de mercancías. El Gobierno mantiene así su impulso por el ferrocarril por ser el modo que más contribuye a la sostenibilidad del sistema de transportes. Alrededor del 30% de las inversiones restantes se reservan a la mejora de las infraestructuras viarias, incluyendo mejoras en el transporte colectivo por carretera . El PEI del Gobierno: ¿solución? o ¿encantamiento? El PEI —una apuesta conjunta del Gobierno, las entidades financieras y las empresas del sector— favorecerá la creacioń de empleo tanto a corto como a largo plazo. Primero, para la construccioń de infraestructuras y posteriormente, para su conservacioń y mantenimiento. De esta forma, el Plan Extraordinario contribuye al cumplimiento de los objetivos del Ministerio de Fomento en su apuesta por la seguridad y la calidad de las infraestructuras para lo que las actuaciones de conservacioń y mantenimiento son imprescindibles. Basado en un modelo concesional, el PEI establece el pago de las infraestructuras, una vez se haya finalizado y puesto en servicio la obra, a lo largo de un amplio perio- do de tiempo (de 25 a 30 anõ s). De esta forma su repercusioń sobre las cuentas pub́ licasseaplazaa2014.Conello,elPlannocomprometelosobjetivosdelGobierno de disminucioń del def́ icit pub́ lico para 2013. Hasta aquí la versión oficial del PEI. Ahora bien, ¿es efectivamente esta inversión la que el sector de la obra civil necesita?, o por el contrario, ¿es un nuevo encan- tamiento del Gobierno para ganar tiempo y “esperar tiempos mejores”?. Sin duda la inversión en infraestructuras se ha mostrado hasta ahora como la forma más segura y rápida de generar empleo y riqueza en nuestro país. Por ello, cualquier inversión en este sentido, sin duda será bienvenida; si bien no hay que ovidar, que al ser estas inversiones en regimen de concesiones –el concesionario recibirá a lo largo de varias décadas el dinero adelantado en concepto de amortización, intereses, impuestos y gastos de conservación y mantenimiento–; la inversión real será de más o menos la mitad del valor citado, es decir unos 8.000 ó 9.000 M€. Además, con tanto postergamiento y aplazamiento de la deuda en proyectos de infraestructura, no estaremos creando otra burbuja –en este caso no inmobiliaria sino viaria– pero de la misma naturaleza y que puede explotarnos en las manos y sumir al sector en otra crisis de consecuencias todavía más imprevisibles. Como el “movimiento se demuestra andando”, el desarrollo a corto plazo de este plan y su implantación física en proyectos y obras, tendremos que ir viéndolo plas- marse en una realidad en los próximos meses para que gane en credibilidad y efectividad. 191 6