Expoliva Antonio Gallego, director general de Migasa, contó cómo su empresa, con 175 años de historia, que cuenta con 1.000 pro- fesionales, 17 factorías y factura 1.000 millones de euros al año, ha sabido combinar la especialización con la innovación y la comercialización gracias a las diferentes marcas que comercia- liza en más de 90 países siendo líder en numerosas ocasiones. Destacó la importancia de ir conociendo los mercados. No en vano, destacó que el 40% del volumen de negocio de Migasa se debe a las exportaciones. Para Gallego, es de vital importancia tener clara la tendencia global a buscar productos saludables. Insistió en la necesidad de cuidar el aceite de oliva, el único que depende del olor y del sabor. Para ello, se refirió a los análisis organolépticos que, “si bien son útiles, sería necesario un método alternativo para evitar debilitar el buen nombre de nuestro producto”. Así, dejó claro que la Administración debería buscar un método físico y químico que fuera efectivo y determine la calidad de los aceites. “No todos quieren aceites que amarguen y piquen”, insistió. Para lograr ventaja en el mercado, añadió, es importante invertir en la mejora de los procesos productivos. Habló de sus logros en este sentido, de las numerosas inversiones realizadas y de hitos como el envase de tetrapack. Por su parte, Luis Torres Morente, director general de Maeva, no cree que el aceite haya entrado en un estado de confort y aseguró que siempre hay problemas. Dejó claro las dificultades de una empresa pequeña como la suya para hacer frente a los gastos de compra de producto y a la reducción de costes en el envasado. “Si ni el agricultor gana, ni el empresario, ¿quién lo hace?”, se preguntó, para continuar: “El consumidor, porque le estamos dando un producto a alto precio, pero por debajo de su precio”. En cuanto a la clasificación de los aceites y el cuidado de su calidad, para Luis Torres lo más importante es reducir las fechas de consumo preferente, con el fin de ofrecer siempre informa- ción clara al consumidor y advertir del deterioro del producto conforme pasa el tiempo. Además, hizo referencia al hecho de que el aceite sea un producto “que no se puede tocar, ni enri- quecer, ni modificar”, algo que, como insistió, sí ocurre con otras materias primas como la leche, a las que se les añade calcio, etc. “¿Cómo se innova entonces? Nosotros lo intentamos con los envases, los formatos...”, matizó. Así, destacó las líneas para nuevas familias monoparentales o singles. “Hay que adaptarse a las necesidades sociales con nuestro producto”, dijo. Luis Folqué, consejero delegado de Sovena Aceite de Oliva, una empresa “con visión global e instalaciones en 4 continentes”, destacó la importancia de prestar atención al aumento de la producción. “Llevamos años con producciones cortitas, pero en el momento en el que haya un año en el que los 6 gigantes productores de aceite de oliva tengan un año de buena cosecha a la vez, nos encontraremos con 4.500.000 toneladas de aceite y hay que estar preparado para ello”, apuntó. Para Folqué, es muy difícil buscar consumidores nuevos y conquistar otros mercados. Uno de los aspectos para lograrlo es invertir en innovación, insistir en una política de divulgación de producto y buscar consumidores que no conocen el aceite de oliva. Como ejemplo, contó una anécdota de un viaje a India en el que descubrió cómo el aceite de oliva se usaba para curar la picadura de serpiente y para el cuidado del culito de los bebés. “Es a esta gente a la que hay que enseñarle que el aceite de oliva es un producto de consumo diario y adaptarlo a las diferentes culturas”, señaló. Folqué definió al panel test como una herramienta de “clasifi- cación” cortita en la que sólo se aprecia el frutado, el picante o el amargor. “Hay que darle más vueltas y formas para que analice la calidad y este análisis sirva para el consumidor europeo o para el estadounidense igualmente”. También indicó que el aceite de oliva es un producto muy bueno, pero que tiene pocas posibilidades de innovación, y recordó que el 50% del que se consume se hace como ingrediente de otros productos y sin que el consumidor sepa lo que es. Sergio Antón, adjunto a dirección general y director internacional de Acesur, destacó que España sea ya el líder en producción de aceite de oliva, pero no en la comercialización de aceite envasado. Aun así, hizo hincapié en que poco a poco se va invirtiendo la tendencia y que, de ser un país exportador de materia prima, ahora también es cada vez más un país exportador de aceite de oliva envasado. Sin embargo, en su opinión, este salto no ha supuesto añadirle un valor más al aceite envasado que no sea el que acarrean los costes de dicho envasado. “Nosotros lo que debemos valorar es en lo que somos líderes, porque no sólo somos líderes en producción de aceite de oliva, sino también en aceite de oliva de calidad”. Para ello, valoró la importancia de las labores de la Interprofesional del Aceite de Oliva en esta área. Para Antón, que el mercado global sea consciente de esta calidad es importante sobre todo teniendo en cuenta el valor de la exportación para los aceites de oliva. Contó cómo hace 20 años, la empresa Acesur tenía una facturación de 80 millones de euros, que actualmente han pasado a ser 580 millones anuales. “Y en ello ha sido vital la exportación y la externacionalización de la empresa y del producto. De ahí que insista en la importancia del acerca- miento cada vez más al cliente y a los mercados 62 finales”, concluyó.•