Expoliva saludables contrastadas científicamente y que es la base de la dieta mediterránea, el aceite de oliva virgen extra. Y no hay que olvidar que el olivar es el bosque plantado por el hombre más grande del mundo: en Andalucía tenemos 205 millones de olivos repartidos por 1,56 millones de hectáreas, un cultivo que además juega un importante papel medioambiental (como fijador de CO2 y como elemento clave en la lucha contra la erosión) y social, al fijar población en el medio rural y evitar así su despoblamiento. A todas estas aportaciones a la población, se suma una peculia- ridad del sector andaluz que también hay que tener en cuenta: el pequeño tamaño de las explotaciones. En nuestra región, la mayoría de los productores cuentan con fincas de dimensio- nes reducidas cuya viabilidad se vería comprometida en caso de no percibir una ayuda que complemente la renta. En este caso, correríamos el riesgo de que desaparecieran numerosas hectáreas de este cultivo con tan importantes beneficios para nuestro entorno natural y un peso tan importante para nuestra economía y sociedad. Dada esta relevancia, Andalucía es la única comunidad autó- noma que cuenta, no sólo con una Ley específica, sino también con un presupuesto de más de 300 millones de euros reservado en exclusiva para el olivar en nuestro Programa de Desarrollo Rural. Hasta la fecha, hemos puesto a disposición del sector alre- dedor de 200 millones de euros a través de diferentes líneas de ayudas. Entre otros incentivos, este montante comprende ayudas plurianuales agroambientales y para la producción ecológica, cuyos beneficiarios adquieren un compromiso de cinco años. ¿Qué acciones se están tomando desde la Administración para prevenir amenazas como puede ser la Xylella fasti- diosa en los próximos años? La Consejería, en el marco de la Estrategia Andaluza contra la Xylella fastidiosa puesta en marcha por el Gobierno andaluz en 2015 para la prevención, detección precoz y erradicación en caso de confirmación de su presencia, lleva a cabo una labor de control a través de la toma de muestras para su análisis. En el año 2016 se realizaron 1.845 tomas de muestras de material vegetal en viveros, explotaciones agrícolas y parques y jardines para determinar la posible presencia de esta bacteria, todas las cuales resultaron negativas. Estas actuaciones las realizan los centros de la Red de Laboratorios de Producción y Sanidad Vegetal de Andalucía. Una de las grandes novedades dentro de la Estrategia ha sido la reciente creación de la Mesa de Sanidad Vegetal para reforzar las actuaciones en esta materia. En ella están presentes las organizaciones agrarias, cooperativas, cole- gios profesionales de ingenieros técnicos agrícolas e ingenieros agrónomos así como entidades sectoriales relacionadas con la sanidad vegetal o producción agraria. Además, la Junta cuenta con un grupo asesor en colaboración con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), que está formado por científicos y técnicos relevantes en materia de patología vegetal y que presta apoyo en el diseño de estrategias y la ejecución de las distintas actuaciones que realiza la Consejería. Y por supuesto estamos impulsando diferentes acciones divul- gativas y formativas a través de jornadas dirigida a técnicos del sector agrícola en las que se plantean las distintas herramientas de la Administración andaluza para hacer frente a los peligros de este patógeno. Estas actuaciones tienen como objetivo, ade- más, fomentar la colaboración de los agentes del sector para prevenir la llegada de esta enfermedad ataque a los cultivos de Andalucía, una labor en la que su ayuda es inestimable. Toda la industria ha puesto el foco en la calidad como elemento diferenciador. ¿Hasta qué punto los sistemas de control actuales son suficientes? Quiero destacar desde aquí que los casos de fraude son la excep- ción. Una excepción que desgraciadamente empaña a veces la alta calidad que se ofrece por norma y que es el resultado del buen hacer de la inmensa mayoría de los productores andaluces, que llevan a cabo además una labor de autocontrol dirigida a llevar al mercado un producto que responda a las expectativas de los consumidores. Y es que ellos son los primeros interesados en que no haya fraudes de calidad al ser su trabajo y su prestigio el que se pone en entredicho. Desde la Junta de Andalucía supervisamos este proceso interno de las almazaras a través de visitas que responden a lo que podríamos llamar un ‘control inteligente’ en los puntos donde podría haber más riesgo. De esta forma se logra una alta efi- ciencia de los recursos públicos. En total, en 2016 hemos llevado a cabo 216 inspecciones en las que se controlan cuestiones de calidad, pureza y trazabilidad. 54 Carmen Ortiz participó en el último Diálogo Expoliva el pasado 21 de abril.