Análisis El laboratorio es sin duda el mejor aliado para una mejora conti- nua de la calidad. El diseño de un buen plan de control y gestión de los aceites producidos debería ser una realidad presente en cada almazara. El laboratorio debe contemplar un plan que le permita comunicar a la almazara la calidad del aceite que produce a diario, de forma que el maestro pueda ir realizando una preclasificación de la bodega por calidades y, lo que es más importante, le permita corregir a tiempo cualquier defecto de fabricación que pudiera estar perjudicando a la calidad de los aceites producidos, consiguiendo así que ese defecto afecte sólo a la menor cantidad posible de la producción. Una simulación parecida a la que antes hemos hecho con los agotamientos de los orujos, podríamos hacerla aquí tomando las diferencias medias por calidades de los últimos cinco años, por ejemplo, y traduciríamos a ganancias o pérdidas, lo que una ade- cuada gestión de la bodega podría reportarnos. Sin duda que nadie dudaría de los grandes beneficios que el asesoramiento de una laboratorio capaz y competente podría aportarnos. El correcto conocimiento de los parámetros físico-químicos y organolépticos de todos nuestros aceites producidos va a ser el primer eslabón de una cadena que culminará en cada acto de venta, y finalmente en el precio de liquidación. De nuevo aquí, la competencia técnica del laboratorio elegido será un aval de garantía para que los compradores no pongan en tela de juicio los datos aportados a la hora de cerrar un precio de una calidad determinada. Gestión de nuestros envasados Se trata, como algunos llaman, de la asignatura pendiente, aunque ésta admita muchas discusiones. De cualquier forma, la responsabi- lidad de lo que envasamos con nuestro nombre recae únicamente en la almazara. La fiabilidad de los análisis que respalden la calidad de nuestros envasados es nuestro mejor seguro frente a inspeccio- nes y demás acciones que pudieran necesitar de una comprobación de la calidad que ofrecemos a nuestros consumidores. No ya sólo el mercado nacional, sino también el internacional, es cada vez más exigente en requisitos, normativas y especi- ficaciones. Los mercados alejados de nuestro entorno, y que son centro de la mayor parte de los esfuerzos exportadores (EE UU, Australia, Japón, China, etc.), valoran mucho que nuestros boletines analíticos vayan respaldados por sellos de calidad que se entienden a nivel mundial, ya que son la única forma de tranquilizarles frente a los laboratorios que los realizan. En estos momentos tanto la acreditación por ENAC como los reconoci- mientos por el C.O.I. son los que de forma más determinante aseguran tanto la competencia técnica del laboratorio como la fiabilidad de sus resultados.• 28