parece una decisión, cuanto menos, arriesgada. Pero es ese desconocimiento de la realidad que rodea a cada laboratorio la que suele aprovecharse para, con un pequeño caramelo, poner en tela de juicio al que no lo ofrece. Hoy en día, la máxima competencia técnica de un laboratorio, así como su fiabilidad y adecuada confianza, es sobradamente demostrable para todo aquel que de verdad quiera ofrecerla. La acreditación otorgada por ENAC, que declara la conformidad con la Norma ISO 17025, específica para laboratorios, es, por definición, la mejor forma de garantizar la adecuada compe- tencia técnica para las determinaciones que se incluyen en el alcance técnico amparado por la acreditación. Además debería ser el primer requisito que toda Junta Rectora tomase en valor a la hora de elegir su laboratorio. Otros reconocimientos, como el que otorga el Consejo Oleícola Internacional (C.O.I.), también son referencias válidas que demuestran la voluntad del labo- ratorio por no ser él, el que únicamente argumente su validez, sino que tal opinión la refrenden también los más importantes colectivos e instituciones que representan a nuestro sector. Una vez comentado de pasada este aspecto, también quiero resaltar la importancia y el gran beneficio económico que para una almazara tiene contar durante todo el año, y no sólo en Análisis 25