MECÁNICA 34 Por fortuna, la tecnología avanza, y una de las direcciones en que lo hace con más intensidad es la de la seguridad, tanto de las personas, como de la economía de las mismas, ya que los daños que se mencionan anteriormente no son pequeños, sin aden- trarnos en lo que supone tener que parar de producir el tiempo empleado en solu- cionarse la avería. Para ello, los decanters de nueva generación incorporan un sis- tema de protección de par, el cual cuando detecta que se ha superado la intensidad crítica durante un tiempo mayor que el establecido previamente decide de forma automática -siempre que se tenga activado en el panel de control- aumentar la veloci- dad del sinfín puntualmente hasta un valor que considera seguro y lo mantiene hasta que los valores de par detectados vuelven a la normalidad. Si pasado un tiempo en que el sinfín girando a velocidad máxima no consigue reducir el par, la máquina toma medidas más extremas deteniendo el fun- cionamiento de la bomba de alimentación y por lo tanto la producción, o incluso si una vez parada la alimentación no consigue valores de par normales iniciará el proto- colo de parada del propio decanter para evitar la rotura de los elementos menciona- dos anteriormente. Una vez visto todo lo anterior nos surge la pregunta del millón: ¿Qué velocidad diferencial debo usar? Como era de espe- rar, no hay una cifra fija, o al menos yo no la conozco, pero igual que no utilizamos la misma marcha durante todo un tra- yecto cuando conducimos un coche, ¿por qué vamos a mantener siempre la misma velocidad diferencial en el decanter si las circunstancias nos piden cambiarla? Bajo mi punto de vista lo ideal es probar, conocer cada estado, cada momento, cada máquina. En los años de experiencia en GEA se recogen datos de lo más variopin- tos, donde el maestro de una almazara nos hacía saber que a velocidades diferenciales bajas encontraba los mejores agotamien- tos, mientras que su vecino en la almazara de al lado nos indicaba justo lo contrario. La realidad es que ambos estaban en lo cierto, pero solamente podemos asegurar esto porque ambos habían tenido la oportuni- dad (y la curiosidad) de hacer pruebas con la velocidad diferencial en sus decanters. Así que utilicemos todos los recursos dis- ponibles a nuestro alcance para conseguir el mejor agotamiento con el menor par gracias a nuestro desde ahora recordado aliado: la velocidad diferencial.•