INNOVACIÓN 18 Figura 1. Evolución de las comunicaciones científico-técnicas recibidas entre 2001-2019 en los simposios de Expoliva. Sevilla puede perder más productividad que zonas como Granada, tan solo con las horas de frío que disfrute el olivo acontecida en El Ejido, haya producido dispersión alguna. También remarcó la existencia una app denominada RAIF que permite notifi- car posibles síntomas e informar también de los vectores. Toda esta información es filtrada y ayuda a dirigir mejor las prospecciones. Los insectos vectores son también objeto de prospecciones, como declaraba la investigadora Blanca Landa, los cuales son analizados por PCR habiendo sido negativos todos los resultados obtenidos hasta la fecha. Manuel J. Ruíz señaló que la enfermedad prospera si existe un contagio de la planta de colonias y hay un insecto vector, por tanto, mapear los posibles vectores permitirá conocer mejor los tratamientos o acciones, siendo más complicado encontrar estos vectores en Andalucía que en Italia. El investigador destacó que eliminar las cubiertas vegetales sería un error, entendiendo por cubiertas no la hierba espontánea por abandono o dejadez, sino las cubiertas que eliminadas acorde con el ciclo de potenciales vectores no conlleva un riesgo de propagación de la enfermedad al no conso- lidarse los vectores en el olivar. La segunda mesa de la mañana trató el impacto del cambio cli- mático sobre el olivar, el cual podría conllevar un panorama con una reducción de las precipitaciones y un incremento de las tem- peraturas. Esta mesa, moderada por Manuel Gómez Álvarez, director general de Producción Agrícola, contó con la participación de Juan José Guerrero Álvarez (Red de Información Ambiental de Andalucía, REDIAM. Director General de Calidad Ambiental y Cambio Climático), con Roberto García Ruíz (Dpto. Biología Vegetal y Ecología, UJA), Ignacio Lorite torres (IFAPA Alameda del Obispo) y Raúl de la Rosa (IFAPA Alameda del Obispo). Juan J. Guerrero des- tacó que en Andalucía existen 16 subclimas, todos ellos conviviendo en muy pocos kilómetros. Afirma que el clima cambiará, con menos heladas, menos precipitaciones y un aumento de las temperaturas. Roberto García destacó que el ‘AGROecosistema’ es más agro y menos ecosistema porque no se cuida a este último, mermando la resistencia del mismo ante los cambios que el cambio climático acarreará al olivar y al resto de cultivos. Se prevé que la tempera- tura se incremente 0,07 °C/año y las precipitaciones se reduzcan entre un 1-8% en los próximos 30 años, siendo más importante el cómo variará el reparto de esta lluvia a lo largo de todo el año, pues se incrementarán los eventos extremos que provocarán un despla- zamiento de la floración y fisiología del olivo, pérdida de suelo, de materia orgánica, de nutrientes, salinificación, etc., conllevando a una desertificación, con la consecuente e irreversible pérdida de producción e incremento de costes en infraestructuras. Ignacio Lorite destacó que ya se han alcanzado las 415 ppm de CO2 en la atmósfera, la concentración más elevada en la historia, y que todo ello adelantará la floración de la Picual, que coincidirá más a menudo con efectos extremos. Esto además concordará con las insuficientes horas de frío que necesitan los olivos para una correcta floración. Sin embargo, afirmaba Ignacio Lorite, el olivar de secano no sufrirá mucha variación, se cree que serán más eficiente, en torno a un 10% por el aumento de CO2, aunque los daños futuros conllevarán pér- didas superiores. En el olivar de riego la ausencia de horas de frío, con un aumento de 3 °C de la temperatura media, mermará más las producciones que la reducción de precipitaciones. Con esta pre- misa, destacó el ponente, Sevilla puede perder más productividad que zonas como Granada, tan solo con las horas de frío que disfrute el olivo. Ante este panorama el ponente recomienda la elección de variedades de floración temprana y la aplicación de riego deficitario (1.000-1.500 m3) que podría llegar a duplicar la producción. La gran