ELABORACIÓN 24 automático que permita dosificar el cloro según éste sea necesario, ya que la cloración manual puede hacer que se presenten picos de cloro en el abastecimiento de agua, estando ésta hiperclorada en algunos momentos y deficientemente clorada en otros. Tras la cloración se debe disponer de un depósito que retenga el agua durante un mínimo de 20 minutos, tiempo necesario para que el cloro sea efectivo. El contenido de cloro libre residual ha de ser entre 0,2-0,6 mg/L, no siendo recomendable elevados contenido de cloro, pues podría llegar a originar problemas en las pastas y, por tanto, en el producto final (p.e. perclorados), y debido al carácter oxidante del cloro, iniciar reacciones de oxidación en el aceite. Este es el motivo por Figura 1. Evolución a lo largo de una jornada de entradas de aceituna en el agua de dos lavadoras de aceituna con diferente tratamiento de Hipoclorito Sódico. el que algunas industrias alimentarias eliminan el cloro del agua mediante filtros de carbono activado. Esta eliminación se debe realizar siempre inmediatamente antes de su uso, evitando en lo posible que se modifiquen las características microbiológicas de la misma. Para este control del cloro libre, la almazara debe analizar al menos semanalmente su contenido en el agua. No solo el control del cloro y un control analítico de su calidad es obligatorio porque lo marque la ley, sino porque la mala calidad del agua también puede provocar averías o contratiempos por su composición. Es frecuente encontrarse en determinadas almaza- ras aguas duras, con una alta carga de minerales, que requieren un ablandamiento mediante el uso de descalcificadores de resinas