REPORTAJE Un siglo de historia, innovando La historia de Flottweg comenzó con la fabricación de motores pa- ra aviones y motocicletas hace casi 90 años. Mucho ha cambiado desde entonces, por supuesto. Pero a pesar de haberse convertido en una empresa multinacional, se ha mantenido fiel a su ubicación en Baviera y a su espíritu familiar. ¿Por qué? ¿Qué significa para la empresa hoy en día? Este año celebramos nuestro 75 aniversario instalados en Vilsbiburg, donde nos trasladamos en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial para asegurar la producción. Tras el conflicto se acabó con la producción de aviones y comenzamos a trabajar en lo que ha sido el negocio principal de la empresa desde entonces: las centrífugas, los separadores y las prensas. Todo ello siguiendo una estrategia muy definida basada en la apuesta por la produc- ción aquí en Vilsbiburg, gracias unas condiciones óptimas y una mano de obra muy cualificada. El traslado de esa producción a otros países, como han hecho algunos competidores, haría que nos saltásemos requisitos muy importantes para nosotros, como la necesidad de que todos nuestros trabajadores se sientan partícipes del Grupo Flottweg, y que éstos a su vez se sientan motivados por identificarse con el negocio y con sus objetivos. En los últimos cuatro años nuestra plantilla ha crecido en más de un 20%, y aunque este rápido crecimiento hace cada vez más difí- cil implicar a todos los trabajadores, lo consideramos vital para seguir mirando con confianza al futuro. Actualmente Flottweg está en manos de tres fundaciones, una benéfica, Bruckmayer, y dos familiares. En 2014 los accionis- tas decidieron traspasar sus acciones a unas fundaciones que garantizan la continuidad de la empresa a lo largo de generacio- nes, asegurando la permanencia de la empresa en esta ciudad, y dificultando así posibles adquisiciones por parte de otras mul- tinacionales. Cuando en 2002 las ocho familias accionistas de Flottweg consiguieron adquirir a Siemens de nuevo todas las acciones del negocio, nuestra facturación era de unos 45 M€. Este año estimamos el cierre con unos 200 millones de euros, confirmando el acierto de la decisión tomada hace quince años. A ello ha ayudado nuestra política de internacionalización, con una potente red de distribución en todo el mundo, asegurando la cercanía y el servicio al cliente, y que ha conseguido que actual- mente exportemos el 80% de nuestra producción. El volumen de ventas en los últimos años ha aumentado signifi- cativamente. ¿En qué sectores industriales se han registrado los mayores crecimientos? Actualmente contamos con cinco unidades de negocio: Grasas, Aceites & Biocombustibles; Bebidas; Química, Farmacia & Alimentos; Aguas residuales urbanas; y Aguas Residuales Industriales y Aceites minerales. Todas ellas se encuentran en un abanico de facturación entre los 15 y 30 millones de euros, manteniendo un equilibrio que permite que ninguna de las uni- dades corra peligro. El otro tercio de la facturación proviene del Servicio. En los últimos dos años hemos contado con un impor- 33 Fritz Colesan (izq.), presidente del consejo de administración de la compañía, y Martin Lorenz, empleado de la Unidad de Grasas y Aceite.