40 de aceite. El resto va a la extractora. De ese 80% que entra, el 60% se convierte en vapor de agua durante el proceso industrial. Un 2% se convierte nalmente enaceite de orujo. Un 1,8 de pulpa, un 0,7 se transforma en cenizas, un 27 de orujillo, otra parte es el hueso. “Todo se valoriza o se evapora. De la aceituna que llega a la almazara no queda nada”, a rmó. Hueso y orujillo van a energía, por autoconsumo o comercialización. “Producimos 1,2 millones de toneladas de biomasa, un barbaridad, que además es altamente aprovechable”, apuntó. La pulpa va a la alimentación animal, con 85.000 toneladas anuales como comple- mento proteico. También se usa la biomasa para obtener biogás, biocombustible y compost, se aprovechan los e uentes, se obtienen pastas de re nería para alimentación animal o cosméticos y otros ácidos grasos y productos para piensos con la ceniza. “Somos la economía circular del olivar y la pieza clave para que el sistema del aceite de oliva sigua funcionando”, concluyó. El olivar contra el cambio climático José Antonio Lacal, ingeniero industrial, profesor universitario y emprendedor como socio fundador de Bioliza, considerado uno de los mayores expertos en energías renovables y biomasa del olivar, señaló que hay mucho valor añadido en los subproductos del olivar, “problemas que se pueden convertir en oportunidades”. Destacó el papel que juega el olivar contra el cambio climático como sumidero natural de CO2, y mostró su apuesta decidida por el 4.0, el big data, la e ciencia energética y la gestión de los subproductos como caminos en los que se puede innovar la industria relacionada con el olivar. Unos avanzas que son compatibles con prácticas de conservación del medioambiente. El experto destacó el papel del olivar como proveedor de recursos energéticos renovables, como astillas, orujillo, leña, que como bio- masa para combustibles tienen si están bien tratadas y de calidad emisiones de CO2 de 0,018 kilos por kilovatio/hora frente a los 0,25 de gas natural o el 0,3 del gasóleo. Sin embargo se da la paradoja, resaltó, de que zonas que producen muchas toneladas de esta biomasa son sin embargo de citarias energéticamente hablando. “Estamos ante una industria, la del olivar, que usa energías no renovables que no tenemos y que son más caras que las que sí tenemos en el entorno que además son renovables. Es cierto que hay una legislación estricta y que hay que mejorar aspectos como la imagen del sector, el marketing y el cono- cimiento. Pero lo cierto es que la industria aceitera tiene que reducir los consumos energéticos y optimizar sus procesos sí o sí, a través de la tecnología, la monitorización de los automatismos, el uso de motores de alta e ciencia y también a través del aprovechamiento de los subproductos del olivar”, explicó a los asistentes. Para Lacal, “el compostaje tiene futuro si se considera el orujo como subproducto y no como residuo, junto a estiércol, restos de poda, etcétera. Pero con legislación ambiental más laxa”, apuntó. La leña, según su criterio, es una fuente extraordinaria de combustible de calidad, que actualmente no se aprovecha en todas sus posibilidades pues actualmente solo hay una empresa en Córdoba que produce astilla de calidad. El hueso de aceituna limpio y tratado vale en el mercado hasta 120 euros la tonelada. El orujillo gasi ca perfecta- mente bien peletizado, algo que se está haciendo en Extremadura, y se demuestra que es combustible ideal para combustión y peletiza- ción. “Hay campo inmenso de crecimiento”, apostilló. Las investigaciones de este experto llevan a la conclusión de que hay que aportar un nuevo rol a la almazara, que está mucho tiempo cerrada y puede mejorar su gestión. Puede ser centro de produc- ción de biocombustible y autoconsumo. Y generar energía térmica. Para agua de proceso, secar el hueso... “Con la biomasa la almazara puede ser autosu ciente. Hay tecnología, medios y incentivos para lograrlo. Hay que considerar la escala local, pensar modelos de autoconsumo, pequeños, en de nitiva, autosu cientes. La almazara tiene un papel fundamental”, aseguró. Olivicultura mundial La última mesa redonda de la jornada se dedicó a las estrategias y magnitudes de la olivicultura mundial. Moderó la mesa Juan de Dios Cubero, de Agroisa, que destacó el apasionante momento del sector y su continua evolución. Pablo Vega, CEO de CBH Agroinnova, destacó que el consumo mundial crece a un ritmo del 3 ó 4% anual, con un incremento en los últimos veinte años del 70%, con casos espectaculares como el 272% de Estados Unidos en una década. “Se estima que en 2020 la demanda de aceite de oliva en el mundo llegará a los cuatro millones de toneladas. A pesar de estas magnitudes, apenas representa un 3% del mercado mundial de las grasas, por lo que hay campo para crecer”, expuso. “Se calcula que para abastecer la demanda se nece- sitarán 800.000 hectáreas nuevas de alta producción. Así que para esta empresa que instala superintensivo en España, Marruecos y Portugal, el futuro se ve de forma optimista. Vega se re rió especí camente a la situación de España como prin- cipal productor mundial: “Con mucho olivar de poco rendimiento, dos terceras partes de secano y un 40% en explotaciones de menos de diez hectáreas. El 65% del olivar español produce menos de 3.000 kilos de aceituna por hectárea, cuando olivares superin- tensivos de riego de altísimo rendimiento llegan a producir 3.000 kilos de aceite por campaña”. “Ahora el superintenviso es el olivar más factible -dijo-. Llevan ya 20 años. La plantación más antigua en España tiene 25 años y está en más de 1.400 kilos de aceite por hec- tárea”. “Además, en este campo estás muy abierto a la innovación y al avance cientí co, con setos cada vez más estrechos y más e cientes, que exigen una inversión inicial mayor pero que dan rentabilidades más altas, con fabricantes internacionales de maquinaria buscando la cosechadora perfecta, con desarrollo constante de nuevas varie- dades y con costes cada vez menores y muy inferiores a cualquier otro sistema”, apuntó. Juan Vilar expuso también en esta mesa su visión del sector, con el aval de ser una de las voces más reconocidas a nivel internacional para establecer el mapa mundial del olivar. Por su parte, Esteban Momblán, gerente del Grupo Interóleo Picual, analizó el mercado mundial de una forma global, con el objetivo de aportar la conclu- sión de que el abastecimiento al mercado está garantizado, porque se consume todo lo que se produce, y lanzar un mensaje con anza al sector olivarero. “Es importante tener una visión global para darse cuenta de que se consume toda la producción de aceite. Según el COI, habrá en el mercado entorno a los 3 millones de toneladas de aceite frente a los 2,9 millones que se consumirán. Eso signi ca que el consumo está garantizado. Por ese motivo, fundamentalmente, entendemos que no hay razones justi cadas para que descienda el precio del aceite por debajo de los 3 euros”, explicó Momblán, quien recordó que nos encontramos en el tercer año con menos producción de las últimas seis campañas mientras que las salidas se JORNADAS