HC362 - horticultura

TROPICALES 22 garantizar un porcentaje elevado de plantas hermafroditas en la plantación. En España se ha puesto a punto una novedosa técnica que permite la identificación del sexo de la papaya a partir de tejidos juveniles en el semillero, mediante marcadores moleculares, mucho antes de la aparición de las primeras flores, lo que posibilita la plantación en campo de plantas hermafroditas únicamente y a un coste competitivo (Salinas et al., 2018) (Figura 3). Las técnicas de propagación vegetativa como el estaquillado, el injerto o el cultivo in vitro de tejidos son posibles para la multiplicación de la papaya, aunque hasta ahora no se han impuesto. Partiendo de un material vegetal selecto y de calidad adaptado a nuestras condiciones y con el sistema de producción intensivo en invernadero que se está implementando, es más que probable que estas técnicas se extiendan. El trasplante de primavera es el más rentable para el cultivo de la papaya en zonas con clima subtropical mediterráneo, donde el verano caluroso y el invierno fresco imponen el cultivo protegido (Salinas et al., 2022). Con el trasplante en primavera se consigue adelantar la floración, mejorar el cuajado de frutos y adelantar la entrada en producción, obteniendo más frutos por planta y de mayor tamaño que con el trasplante en otoño. El principal hándicap para las plantas de primavera es el clima durante el verano. Si al inicio de la floración se producen altas temperaturas y humedades relativas bajas, el cuajado puede verse comprometido. Por esta razón, es conveniente plantar al inicio de la primavera, para llegar al verano con papayas de mayor porte con más hojas, que contribuyan a mejorar el microclima dentro del invernadero gracias a la transpiración. Otra opción a tener en cuenta es trasplantar formatos de mayor tamaño “big plants” que tienen un mayor coste, pero un mejor comportamiento ante veranos adversos. No obstante, el invierno en nuestras condiciones es la estación más limitante para el crecimiento y desarrollo del cultivo de la papaya. Las plantas trasplantadas en otoño son especialmente sensibles a las bajas temperaturas por su menor tamaño y, además, están más expuestas a enfermedades como el oídio. En estas condiciones, la entrada en producción se retrasa y la calidad del fruto puede verse disminuida. Un trasplante temprano en primavera con planta de gran formato tiene prácticamente el mismo comportamiento que uno de otoño, pero sin sufrir las vicisitudes del invierno. El cultivo de la papaya bajo invernadero se realiza con marcos intensos buscando altos rendimientos para maximizar el beneficio. En el proyecto CARISMED nos planteamos seleccionar las densidades de plantación más favorables para el desarrollo de la papaya dentro del invernadero. Trabajamos con las variedades ‘Intenzza’ y ‘Caballero’ y tres marcos de plantación: 3x1,5 m (alta densidad: 2222 plantas/ha), 3x2 m (media densidad: 1667 plantas/ha) y 3x3 m (baja densidad: 1111 plantas/ ha). En los marcos de plantación más estrechos se produjo solape entre plantas a los 4-5 meses después del trasplante, mientras que en el marco más amplio no se observó solape entre plantas en ningún momento, lo que repercutió en una mayor captación de luz. Cuadro 3. Producción acumulada y peso medio del fruto de papaya cultivada en invernadero en un ciclo de 13 meses en respuesta a las distintas densidades de plantación. INTENZZA MARCO DE PLANTACIÓN NÚMERO DE FRUTOS POR PLANTA PESO MEDIO DEL FRUTO PRODUCCIÓN COMERCIAL (KG/PLANTA) PRODUCCIÓN COMERCIAL (KG M-2) 3x1,5 m 19 1335 25,2 5,6 3x2 m 29 1431 42,2 7,0 3x3 m 30 1551 46,8 5,2 CABALLERO MARCO DE PLANTACIÓN NÚMERO DE FRUTOS POR PLANTA PESO MEDIO DEL FRUTO PRODUCCIÓN COMERCIAL (KG/PLANTA) PRODUCCIÓN COMERCIAL (KG M-2) 3x1,5 m 34 982 33,6 7,5 3x2 m 45 1088 49,8 8,3 3x3 m 47 1172 55,6 6,2

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