FRUTICULTURA 29 Figura 2.- Reducción progresiva del volumen de copa, formas más bidimensionales y evolución de las producciones a lo largo del período 1950-2018 en el Surtirol (Italia), gracias a la disponibilidad de patrones clonales enanizantes de manzano (EM.9, EM.26...), introducidos a partir de 1970, y a la mejora de la tecnología de producción. (Adaptado de Werth, 2017. Com. personal). del vigor sin la utilización de reguladores de crecimiento y posibilita plantear plantaciones para una manejo sostenible en el tiempo, de forma similar a lo que ocurrió en el siglo pasado en el manzano y peral. ¿Por qué árboles de menor tamaño? Numerosas son las referencias que evidencian que en las especies frutales (manzano, peral, melocotonero, cerezo, etc.), los árboles pequeños son más eficientes. En las dos últimas décadas, la ten- dencia a la utilización de árboles más pequeños se ha generalizado también en el cultivo del olivo, con las plantaciones superinten- sivas y más recientemente un proceso similar se está dando en el almendro. La mayor eficiencia de árboles pequeños se debe a varios aspectos como son: 1. Menor porcentaje de madera estructural que se traduce en una distribución más eficiente de carbohidratos y consecuentemente de la materia seca y también en un ahorro en el metabolismo de la planta. Como resultado, en manzano, un mayor porcentaje de la materia seca se direcciona hacia los frutos (77% frente al 45% en árbol grande), en lugar de hacia madera (14% frente al 41% en árbol grande) o hojas. El desarrollo del sistema en Super Alta Densidad o SHD se inició en olivo ahora hace 25 años de la mano de Agromillora y posibilitó la mecanización de la poda y de la recolección. Más recientemente el almendro sigue una ruta similar al contar con patrones de vigor medio-bajo de la serie Rootpac.