FRUTICULTURA La fruticultura que está por venir ¿A quién no le gustaría asomarse a una ventana desde la cual anticiparse a lo que va 12 a ocurrir dentro de unos años? Aventurarse a proyectar el futuro es siempre una tarea complicada, más aún si hablamos de actividades, como la agricultura, que dependen de unas condiciones climáticas cambiantes. De la mano de distintos investigadores, empresas auxiliares, viveristas, productores... tratamos de anticiparnos a lo que, en un futuro, será una realidad en la fruta de hueso y de pepita. Álvaro Bárez, periodista agroalimentario Fruta de hueso y fruta de pepita son producciones que guardan una estrecha relación. De hecho, se las engloba en un ‘saco’ más grande, que es el de la fruta dulce, de tal modo que el devenir de la fruta de hueso condiciona directamente las cotiza- ciones de su homóloga de pepita. Como cultivos leñosos, sufren de igual modo la incidencia de un fenómeno que sirve para abrir una ventana al futuro de la producción. Un fenómeno del que, hasta hace poco, solo se oía hablar en revistas científicas y técnicas y ahora copa diariamente titulares en los grandes medios de comunicación. Pueden imaginarse de qué se trata. Que el cambio climático está modificando los patrones de conducta de los cultivos es algo que prácticamente todo agricultor ha comen- zado a notar, de una u otra forma, en su explotación. Incremento de las temperaturas y eventos extremos, así como un aumento de la salinización, de las plagas y patologías, la reducción de los recursos hídricos y de los rendimientos de la planta... son algunas de sus con- secuencias. Con el objetivo de identificar variedades de interés, así como de optimizar y desarrollar sistemas y prácticas de cultivo para minimizar estos efectos, nació el Grupo Operativo (GO) ‘Adaptación del Sector de Frutales de Hueso al Cambio Climático’ formado