RIEGO 81 Plántulas de sandía (izquierda) y calabaza (derecha) antes de realizar el injerto. El uso de agua ozonizada ha sido descrito como una tecnología en la producción primaria para mejorar el rendimiento de los cultivos (Aguayo et al., 2005; Zheng et al., 2007). El ozono es un agente oxidante ampliamente usado como higienizante en postcosecha por sus beneficios al reducir los recuentos microbiológicos y man- tenerla calidad, alargando la vida útil del producto (Aguayo et al., 2014) y, además, posee la ventaja de no dejar residuos al ser rápi- damente degrado en contacto con el oxígeno (Fujiwara et al. 2006). Sin embargo, al ser un fuerte agente oxidante, podría reaccionar con los nutrientes disueltos en la solución de riego y disminuir su disponibilidad (Ohashi-Kaneko et al., 2009) y/o aumentar la con- centración de especies reactivas al oxígeno (Veronico et al., 2017). Sin embargo, dependiendo de las dosis de ozono aplicadas y de la tolerancia de la planta, se pueden activar distintos mecanismos antioxidantes de defensa, como un aumento de la actividad cata- lasa (Veronico et al., 2017) o de compuestos antioxidantes como los fenólicos (Alothman et al., 2010). Por el contrario, un trata- miento de ozono inadecuado podría causar daños visibles en las plantas (Wilkinson et al., 2012). Por otro lado, el agua electrolizada también se ha descrito como un desinfectante aunque su efectividad depende del abasteci- Plántulas de sandía injertada (a los 8 días del injerto).