ALCACHOFA 20 Fuente del abono orgánico (vegetal- vs. animal) Evaluamos la influencia de las enmiendas del suelo utilizando diferentes fertilizantes orgánicos (basados en plantas y animales) sobre el rendimiento, la calidad de la cabeza y la salud del suelo de la alcachofa (cv. 179). Después de dos años de modificar el suelo con fertilizantes orgánicos de origen vegetal (harina de alfalfa) y animal (harina de pescado, harina de sangre y estiércol de pollo), el rendimiento comercial del suelo modificado con estiércol de pollo (fertilizante animal) fue mayor que el del modificado con harina de alfalfa (fertilizante a base de plantas) (Tabla 2). Por el contrario, la alcachofa cultivada en el suelo enmendado con harina de alfalfa tuvo una mayor calidad de la cabeza (cinarina y concentraciones de ácido clorogénico) que las que se sometieron a fertilizantes de ori- gen animal (Tabla 2). De hecho, el suelo modificado con harina de alfalfa tuvo mayor materia orgánica y respiración del suelo (CO2-C del suelo) en comparación con los tres fertilizantes de origen ani- mal (Figura 4). Las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo son los principales indicadores de la salud del suelo y desempeñan fun- ciones clave en el crecimiento de las plantas y la calidad de la fruta (Elliott, 1994; Leskovar et al., 2016). La harina de alfalfa tuvo un indicador de calidad del suelo más alto en comparación con los fertilizantes de origen animal (Tabla 2 y Figura 4). El mayor porcen- taje de materia orgánica en la harina de alfalfa en comparación con las harinas animales puede atribuirse a la mayor tasa promedio de aplicación anual de harina de alfalfa (4,400 kg ha-1) en comparación con la harina de sangre (846 kg ha-1) estiércol de pollo (3,666 kg ha-1) y harina de pescado (1,571kg ha-1) (Figura 5). Otros estudios demostraron que la materia orgánica del suelo mejora la capaci- dad de retención de agua, los niveles de nutrientes y la estabilidad agregada del suelo y, como resultado, aumenta la producción de los cultivos (Arriaga y Lowery, 2003; Bassouny y Chen, 2016; Zhang et al., 2006). Además, las mayores actividad microbiana y respira- ción del suelo conducen a una mayor calidad de la fruta (Leskovar et al., 2016; Leskovar y Othman, 2018). Sin embargo, no se nota- ron diferencias significativas en el pH del suelo y la disponibilidad de nutrientes entre los tratamientos de fertilizantes orgánicos, excepto para P y K en el segundo año. Curiosamente, y contrario Figura 3. Propiedades químicas del suelo del cultivo de alcachofa (cv. 12-179) en el sistema convencional y orgánico desde el inicio (septiembre de 2014) hasta el final del estudio (julio de 2016). Estación Fertilizante Rendimiento comercial (t ha-1) Ácido clorogénico (μg g-1) Cinarina (μg g-1) 2015 Alfalfa 1.94 b 538 a 18.9 a Sangre 0.90 b 614 a 8.7 c Pollo 7.47 a 591 a 13.5 b Pescadol 6.84 a 283 b 7.7 c p-value < 0.0001 0.05 0.001 2016 Alfalfa 15.3 b 281 a 7.3 a Sangre meal 14.6 b 141 b 2.7 b Pollo 19.4 a 111 b 2.8 b Pescado 17.1 ab 70 b 3.4 b p-value 0.01 0.002 0.01 Letras diferentes en la misma columna indican diferencias significativas entre tratamientos (P < 0.05). Tabla 2. Rendimiento comercial y contenido en ácido clorogénico y cinarina de la alcachofa (cv. 179) cultivada en suelos enmendados con diferentes fertilizantes (harinas) orgánicos durante el período de estudio, 2015 y 2016.