Para empezar, háblenos de su desarrollo profesional y qué papeles ha desempeñado dentro y fuera del IRTA. Tras finalizar mis estudios de Ingeniería Superior Agrónoma en la UPC realicé un curso de Comercio Exterior ya que, inicialmente, esa era mi idea de futuro laboral. En 1992 se me ofreció una plaza en el IRTA y decidí aceptar, fue entonces cuando empecé mi etapa aquí con un proyecto de control biológico de enfermedades de poscosecha. En 1995 finalicé mi tesis doctoral y en 2002 me nom- braron director del Servicio Técnico de Poscosecha y en 2012, del Programa de Poscosecha, cargos que me sirvieron para aprender a gestionar e investigar a la vez. ¿Qué le motivó a presentarse a la dirección? Por un lado, creo firmemente que dirigir una institución como esta debe hacerlo alguien que la conozca bien. ¿Y qué mejor que alguien de la casa? Por otro lado, el perfil que se necesita para ser director general del IRTA debe cumplir varios requisitos como tener buena relación con el sector, haber sido previamente investigador para saber cómo funciona el mundo del I+D, tener conocimientos empre- sariales y de gestión... Lo pensé y me di cuenta de que mi perfil se adaptaba y, además, me apetecía emprender este proyecto. ¿Cuáles son sus objetivos como nuevo director? Me presenté a la candidatura con 8 objetivos muy marcados. El pri- mero es acercar la actividad del IRTA a las administraciones, ir en paralelo para que las políticas agrícolas que se establezcan desde las consejerías están bien ordenadas con las nuestras. El segundo es que el IRTA sea financieramente sostenible en el tiempo a través del aumento de inversiones y no del recorte de recursos. En tercer lugar, y muy importante para mí, es empoderar a la institución para que todos sus trabajadores entiendan su rol y sepan que todos vamos a una. El cuarto objetivo es establecer un nuevo plan de inversiones que nos permita analizar y renovar equipos para saber si podemos compartirlos con otras instituciones, descartarlos o crearlos nuevos. El quinto tiene que ver con la relación con el sector agroalimentario, sobre todo en el ámbito catalán y español, para seguir estando cerca y conocer sus inquietudes. El sexto pasa por ampliar y mejorar la relación con otras universidades y centros de investigación ya que cada vez más disciplinas pueden ser útiles para nuestro sector: la fotónica, la digitalización, la robotización... En séptimo lugar, nece- sitamos abrirnos a la sociedad para que esta conozca qué hacemos. Por último, el objetivo de la internacionalización es imprescindible ya que, aunque nuestro primer mercado es el nacional, realizar acti- vidades fuera amplia nuestros conocimientos y aprendizajes, nos genera nuevas interrelaciones y abre posibilidades empresariales muy interesantes para nuestras compañías nacionales. A nivel personal, ¿qué significa estar al frente de una institución re- ferente como el IRTA? Es un gran honor, porque empecé muy joven y llegar al máximo órgano de representación es un privilegio porque han valorado mi posición internacional, la parte científica de mi trabajo, mis capaci- dades... Pero también es un reto muy importante. Debo reconocer que estoy muy contento con la respuesta positiva y sincera de com- pañeros y colegas del sector. Un sector que conoce muy bien es el frutícola. ¿Qué le ha aporta- do la experiencia adquirida como investigador y responsable del Departamento de Poscosecha? Me parece muy importante que la persona que dirija un departa- mento haya empezado desde abajo porque esto permite conocer INSTITUCIONES 33 Substratos para raíces perfectamente sanas • Máximas exigencias de calidad a la hora de seleccionar y mezclar turbas, aditivos y abonos • Óptima adaptación a cada tipo de cultivo – inmejorables condiciones de crecimiento y garantía de un sano desarrollo de las raíces www.floragard.de · Tel. +49 441 2092-0 ... ¡y todo florece! Dar lo mejor. ¡Desde 1919!