FITOSANITARIOS ¿Qué suele hacer mal el agricultor cuando aplica productos fitosanitarios? Los productos fitosanitarios para uso profesional solo pueden apli- carse por personas que tienen acreditación para ello, lo que significa que disponen de los conocimientos necesarios para realizar esta actividad. Al mismo tiempo, la legislación actual les obliga a registrar sus equipos de aplicación y a acreditar que han sido revisados y que cumplen con los requisitos necesarios para garantizar la seguridad, tanto para el medio ambiente como para la salud. Puede que en el pasado no se cumpliesen todos estos requisitos, pero a día de hoy, en nuestro país, los profesionales que aplican productos tienen un alto grado de formación y de control sobre los equipos. El objetivo de realizar los ciclos formativos que estamos impartiendo no se debe a que exista una percepción de que los profesionales estén haciendo mal las cosas. Estas jornadas de formación se incluyen dentro de un marco de actuación dirigido por nuestra compañía des- tinado a conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios. Para ayudar a tomar las decisiones correctas, estos profesionales deben disponer de los conocimientos necesarios para evaluar ries- gos, utilizar los productos adecuados y diseñar un plan de trabajo fundamentado en los principios de la gestión integrada. Se trata de un trabajo que requiere muchos conocimientos multidisciplinares y donde la seguridad es un factor clave. Por tanto, estos profesio- nales, igual que en cualquier otro sector con grandes exigencias de profesionalidad, necesitan de una formación continuada. Y nosotros queremos contribuir a que sus aplicaciones sean siempre seguras. ¿Cuál es el coste que puede ahorrar un productor medio optimizan- do sus aplicaciones? Solo con la optimización del equipo de aplicación tras las corres- pondientes inspecciones técnicas obligatorias, los agricultores pueden conseguir un ahorro medio en tratamientos fitosanitarios que se estima entre un 15% y un 30% de la factura anual destinada a productos. Tener el equipo en condiciones, vigilando especialmente la cali- bración, y aplicar solo y exclusivamente cuando las condiciones climatológicas son favorables impide que el producto aplicado se desplace fuera de la parcela. Esa fuga se denomina deriva y puede tener como consecuencia el fracaso del tratamiento efectuado lo que obligaría a repetirlo con una nueva aplicación y por tanto a duplicar el gasto en productos, en gasóleo y en mano de obra. Aunque no se puedan considerar literalmente como ahorro, existen otras ventajas económicas como consecuencia de tener los equipos revisados. Por un lado, permite cumplir con la condicionalidad y acceder a las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC) y por otro se evita la posibilidad de una infracción que puede ser san- cionada económicamente. Es importante resaltar también que la optimización de las aplica- ciones no solo tiene un beneficio directo para el agricultor. Tiene también un claro beneficio medioambiental por lo que beneficia directamente a su propia comunidad, a su sector profesional y a toda la sociedad en general. A veces una mala aplicación no solo afecta a la propia finca, sino a una explotación colindante o a zonas sensibles. ¿Cómo se puede evitar? Así es. La dispersión de parte de la nube de pulverización fuera de la zona tratada puede tener como consecuencia la contaminación de otras zonas. La reciente Directiva Europea de Uso Sostenible de Fitosanitarios da indicaciones específicas para prevenir el riesgo medioambiental relacionado con la deriva. En otras ocasiones, la deriva puede contaminar la cosecha de un campo vecino y hacer que no pueda comercializarse debido a la presencia de residuos de fitosanitarios no deseados. Para evitar la deriva, la Directiva propone medidas directas e indi- rectas. Las medidas directas se centran básicamente en reducirla en su origen y está relacionada con las tecnologías de aplicación, los accesorios de los pulverizadores y el ajuste correcto del equipo pul- verizador. Las medidas indirectas están las destinadas a “capturar la deriva” e incluyen las bandas de seguridad o zonas que no puedan ser tratadas y las barreras como por ejemplo los cortavientos. ¿Qué se ha de tener en cuenta respecto a la deriva antes de comenzar con la aplicación del producto? En primer lugar, hacer un mapa. Hay que tener un perfecto conoci- miento del lugar que se va a tratar teniendo claramente localizadas las áreas sensibles dentro y en la proximidad de nuestra parcela. De ese modo sabremos dónde debemos ser más estrictos en la toma de medidas de seguridad. En la etiqueta del producto encontraremos las distancias o bandas de seguridad que tendremos que mantener respecto a las diferentes tipos de zonas consideradas como sensibles. En segundo lugar, tener una buena previsión de las condiciones climatológicas. Debería tratarse solo cuando las condiciones son favorables, vientos con velocidad inferior a 2,5 m/s y soplando en dirección contraria al área sensible. Es aconsejable tratar a primera hora de la mañana o al caer la tarde cuando las temperaturas son inferiores a 25 °C y las humedades son mayores del 50%. Por último, tener el equipo calibrado y equipado adecuadamente. El tamaño de gota es muy importarte y se deben evitar gotas meno- 49