Nowadays instead of today, consumers are very concerned about the food safety of fruit and vegetables, as well as the loss or waste of fruit and vegetables. Avoiding such waste is increasingly becoming a priority in the world, with food losses estimated at approximately 1.3 billion tonnes per year. A large part of these losses, especially in fruit and vegetables, are due to the growth of post-harvest pathogens during storage and transport. Introducción En fruta de hueso, especialmente ciruela y cereza, España exportó más de 72.056 t de ciruela en 2013, por un valor de 114 millones de dólares, mientras que de cereza exportó unas 22.000 toneladas por un valor de más de 66 millones de dólares (FAOSTAT, 2017). En Extremadura el 75% de la producción frutícola se exporta, y de ésta el 60% se destina a mercados europeos, principalmente Alemania, Francia y Reino Unido; mientras que el 15% es exportación extra- comunitaria, llegando a mercados de Sudáfrica, América del Norte, Sudamérica, América Central y algunos países asiáticos (AFRUEX, 2015). Sin embargo, la concentración de oferta en Europa de fruta de hueso, debida a la globalización, está provocando que la fruta tenga que viajar a destinos cada vez más lejanos para garantizar su venta. Este hecho implica la búsqueda de nuevas estrategias postcosecha con el objetivo de mantener una calidad aceptable para el consumo durante más tiempo, evitando su rápido deterioro debido principalmente al crecimiento de mohos y levaduras. Actualmente, la legislación española permite el uso de u- dioxonil (Producto comercial=Scholar 23% p/v) en la fase postcosecha de fruta de hueso. Sin embargo, como ya se ha 72 POSCOSECHA El empleo de atmósferas modi cadas pasivas hace necesario la búsqueda de sinergias con otras técnicas seguras y e caces capaces de controlar el desarrollo de mohos patógenos Alternativas a los fungicidas de síntesis química para el control de patógenos postcosecha en frutas de hueso Hoy en día los consumidores muestran una gran inquietud hacia la seguridad alimentaria de frutas y hortalizas, así como las pérdidas o desechos de los mismos. Evitar dichos desechos se está convirtiendo cada vez más en una prioridad en el mundo, ya que se estima una pérdida de alimentos de aproximadamente 1,3 billones de toneladas por año. Gran parte de estas pérdidas, especialmente en frutas y hortalizas, son debidas al crecimiento de patógenos postcosecha durante su almacenamieto y transporte. S. Ruiz-Moyano1, A. Hernández1, M.J. Serradilla2* y M.G. Córdoba1 1Nutrición y Bromatología, Instituto Universitario de Investigación Recursos Agrarios (INURA). Escuela de Ingeniería Agrarias, Universidad de Extremadura. 2Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (INTAEX-CICYTEX). Área de Vegetales. Junta de Extremadura. *manuel.serradilla@juntaex.es