el metabolismo de los glucosinolatos que se acumularon en mayor cantidad en las plantas a las que se aportó amonio”, recalca el investigador. Los glucosinolatos, en general, tienen dos propiedades: son insecticidas naturales, y concretamente, uno de ellos, la gluco- rafanina, tiene propiedades anticancerígenas. Se trata de “una familia de compuestos muy diversa, ya que se conocen más de 140 compuestos diferentes. Son compuestos casi exclusivos de la familia de las crucíferas, familia a la que pertenecen, la col, el brócoli, la rúcula, la colza, el rábano, etc. La función principal de los glucosinolatos en la planta es la de actuar como insec- ticidas naturales, ya que cuando un insecto herbívoro se come las hojas de las plantas los glucosinolatos se degradan, siendo sus productos de degradación (nitrilos, isotiocianatos, etc.) tóxi- cos para los insectos. A parte de su función para las plantas, diversos estudios han observado que el consumo de vegetales ricos en glucosinolatos representa un beneficio nutricional. Más concretamente, la glucorafanina, uno de los glucosinolatos que se acumularon en nuestras plantas bajo nutrición amoniacal, limita el desarrollo de las células tumorales, entre otros mediante la protección de la oxidación del ADN”. Dado que los experimentos se habían realizado en la planta Arabidopsis thaliana, una planta modelo muy utilizada en investigación pero que carece de interés comercial, pensaron a repetirlos pero esta vez en plantas de brócoli. "Aunque no llegamos a estudiar el contenido de glucosinolatos en la parte del brócoli de mayor interés alimentario —la flor—, vimos que en las hojas de plantas jóvenes se acumulaba mayor cantidad de glucorafanina cuando aportamos la fuente de nitrógeno mediante amonio que cuando lo hicimos mediante nitrato”, señala Marino. Vistos estos resultados, el grupo de investigación sigue traba- jando en este aspecto, e incluso han iniciado contactos con algunas empresas que pudieran estar interesadas en ellos. Así, para ahondar en su posible aplicación comercial “realizaremos experimentos en campo, donde el sistema es mucho más com- plejo, debido, entre otros, a los microorganismos del suelo que también utilizan el amonio como fuente de nitrógeno. Así, en los experimentos de campo nos interesaremos también en analizar el contenido de glucosinolatos en la inflorescencia del brócoli, la parte de la planta que más se consume. Por otra parte, desde un punto de vista más fundamental, también nos interesa saber el efecto que los glucosinolatos puedan tener en la tolerancia de la propia planta al amonio”, declara. Reducción de fitosanitarios La reducción del uso de fitosanitarios es un tema recurrente en la agricultura por las malas praxis que se han seguido en los últi- mos años: “El uso racional de los fitosanitarios es fundamental para lograr el objetivo de reducir el impacto que la agricultura intensiva tiene sobre el medio ambiente. Sin embargo, es impor- tante que este uso no perjudique ni la producción ni la calidad de los cultivos. Sí que es cierto que ha habido una tendencia al uso excesivo de determinados fitosanitarios, pero hoy en día los agricultores son cada vez más conscientes de la importancia de su uso racional”. Por otro lado, la investigación e innovación en este ámbito “ayu- dará a la reducción del impacto de los fitosanitarios mediante el continuo desarrollo de nuevos compuestos menos conta- minantes, la selección de variedades o cultivares que precisen de un menor aporte de fitosanitarios y el descubrimiento de nuevas formas de mejorar las producciones agrícolas sin coste medioambiental”, concluye Marino.• Brásicas 71