Fertilización 32 y puede que no llegue el suficiente a la zona distal del fruto. Así mismo, un aporte excesivo de NH4+ (>2 mmol/L) interfiere en la absorción de Ca. Niveles elevados de salinidad reducen la absorción de agua y nutrientes ralentizando el crecimiento de la planta. Para un cultivo de tomate, el aumento de CE en la solución nutritiva en el rango entre 2 y 9 dS/m, provocó una reducción en la absorción de N y K, posiblemente debido a las acciones antagónicas del Na sobre el K y del Cl sobre el N. En dichas con- diciones, el valor umbral de CE se situó en 3,5 dS/m y el descenso de la producción por encima de dicho umbral osciló entre un 9-12% por cada incremento unitario de CE (Fig. 3) (Magán et al., 2008). Los síntomas de deficiencias de un nutriente son difíciles de establecer visualmente, sin embargo hay síntomas que aparecen antes en unas hojas que en otras y se puede asociar a la edad de las mismas; así las deficiencias de N, P, K y Mg aparecen antes en las hojas viejas, mientras que los de Ca, S, Fe y Cu aparecen en las más jóvenes y está relacionado con la movilidad de los nutrientes vía floema (Gianquinto et al., 2013). Calidad de fruto La situación actual en cuanto a la liberalización del mercado obliga a la creación de sistemas de pro- ducción con una dotación tecnológica avanzada y una mayor flexibilidad productiva, donde se tenga en cuenta la calidad y la presentación, las cualidades organolépticas y la orientación hacia unas prácticas culturales respetuosas con el medio ambiente. Alta producción no implica obligatoriamente alta calidad, siendo cada vez más necesario establecer un compro- miso entre ambas para alcanzar las expectativas de productores, comerciantes y consumidores. La calidad de los productos se obtiene en el campo y no se mejora con la poscosecha, entendiendo por calidad tanto las características intrínsecas, como el color, el sabor y el contenido nutricional entre otros como las características extrínsecas, como es la obtención de productos libres de residuos y de una forma soste- nible con técnicas no contaminantes, como puede ser la reutilización de los lixiviados y la reducción en el aporte nitrógeno. Así mismo podríamos distinguir entre calidad medible y calidad subjetiva. En cuanto a la calidad intrínseca de fruto: el estrés hídrico, los elevados niveles de radiación, la reducción del aporte de N y el estrés salino son herramientas que bien gestionadas pueden proporcionar mayor calidad de fruto sin afectar de forma negativa a la producción. El efecto positivo de la salinidad sobre la calidad de fruto se aprecia en especies moderadamente toleran- Figura 3. Relación entre la conductividad eléctrica de la solución de drenaje y la producción comercial en valores relativos a la producción máxima en cada uno de los experimentos. Cultivo de tomate. (Magán, 2005).