El estado de desarrollo del cultivo y las condicio- nes climáticas que lo rodean determinarán sus necesidades nutricionales, el invernadero permite modificar dentro de unos márgenes el clima en su interior en cuanto a nivel de radiación, temperatura, humedad y contenido en CO2 por lo que los escenarios que se generan son múltiples y habrá que considerar las posibles interacciones entre clima y planta a la hora de establecer unas pautas de nutrición. La calidad de los productos se obtiene en el campo y no se mejora con la poscosecha, entendiendo por calidad tanto las características intrínsecas (color, sabor, contenido nutricional, etc.) como las características extrínsecas, que cada vez están cobrando más importancia, como es la obtención de productos libres de residuos y de una forma sostenible con técnicas no contaminantes entre las que cabe destacar la reutilización de los lixiviados y la reducción en el aporte nitrógeno. Los factores que aumentan la calidad del cultivo, tales como el estrés hídrico y la salinidad, normalmente reducen la producción, por lo que será necesario establecer un compromiso entre producción y cali- dad. El manejo de los nutrientes debe garantizar un nivel rentable de producción así como la obtención de productos seguros, nutritivos, saludables y sabrosos. El aporte de CO2 al aire del invernadero aumentó, en un cultivo de pimiento en sustrato, la absorción de nutrientes y la eficiencia en el uso de los mismos al incrementar la producción de fruto (Sánchez-Guerrero et al. 2009). Fertilización 29