Fertilización 14 la producción, sin que se superen los límites legales de fertilización e incluso reduciendo el aporte de fer- tilizantes al cultivo. En el caso del ensayo de 2011, el tratamiento N3 presentó claramente una producción estadísticamente superior a N1 y N2, siendo la producción comercial de N0 prácticamente nula (tabla 2). Si se comparan los resultados con resultados anteriores obtenidos en el ensayo de 2007, así como con otros datos de la zona (Martínez-Blanco y col. 2011), se observa que incluso en el caso del tratamiento que presenta un resultado mejor (N3) la producción comercial fue significativa- mente inferior a la esperada (8,4 t·ha-1 frente a las 15-17 t ha-1 habituales en la zona). Estos resultados, con producciones tan bajas en 2011, pueden explicarse por las condiciones meteorológicas de la campaña. Así, durante el período del ensayo las temperaturas observadas fueron claramente superiores a las habituales de la zona; concretamente el valor de la temperatura media fue 1,6 °C superior a la media de 25 años de la estación de Cabrils (12,5 frente a 10,9 °C), mientras que la media de las mínimas fue de 7,8 °C (2,6 °C superior a la normal en el período de cultivo). La coliflor es un cultivo que necesita acumular frío para obtener inflorescencias comerciales, en este caso parece claro que durante la campaña la falta de frío ha provocado un retraso en la entrada en produc- ción, de forma que la mayoría de las plantas no han desarrollado inflorescencias comerciales. De hecho, en el caso del tratamiento N3 la cantidad de biomasa producida, 56,1 t ha-1 en el tratamiento N3, coincide con las 55 t ha-1 obtenidas en el ensayo con la misma variedad realizado en 2007 (Doltra y Muñoz, 2010). Tomate de colgar En el caso de tomate de colgar, la cosecha se inició el día 07/08/2012 y terminó el 3/10/2012, con un total de 6 cosechas, determinándose el peso total y comercial (figura 2). El tratamiento N1 fue el que presentó mejores resul- tados de producción con 55 t ha-1, los tratamientos N2 (44 t ha-1) y N3 (35 t ha-1) presentaron descensos de producción comercial, que si bien estadística- mente no fueron significativos, si parecen indicar un efecto negativo del incremento de la fertilización nitrogenada. Finalmente, el tratamiento N0 (29,5 t ha-1) presentó valores de producción inferiores y estadísticamente significativos respecto al resto de tratamientos. Nuevamente, y de forma análoga al ensayo de coliflor de 2007, el tratamiento N1 fue el que presentó mejores resultados, obteniendo apor- taciones de fertilizante nitrogenado y producciones muy similares a las comerciales en otros ensayos de la zona (Ribas-Agustí y col. 2016). Figura 2. Detalle de la cosecha de las parcelas de tomate de colgar. Conclusiones Los resultados obtenidos confirman la posibilidad de reducir considerablemente los aportes de fertilizantes nitrogenados sin que se vea afectada la producción y calidad de los cultivos, tal y como se había confir- mado en ensayos anteriores (Doltra y Muñoz, 2010; Muñoz y col. 2014). Este resultado se ha obtenido claramente en uno de los ensayos con coliflor y en el de tomate de colgar. Por otro lado, para el cultivo de lechuga, si bien los datos del ensayo no permiten certificar completamente que se hayan alcanzados las dosis óptimas de fertilización nitrogenada, las produc- ciones obtenidas para los tratamientos más elevados con N3 se encuentran en el rango de las obtenidas con mayores aportes de nitrógeno en la zona. No obstante, deben repetirse los ensayos y confirmar/ verificar los resultados. Los resultados del segundo ensayo de coliflor indican que no sólo la fertilización y el riego son importantes, sino que el clima y las condiciones de la campaña deben considerarse al planificar la fertilización de los cultivos. En zonas como la del estudio, en la que se limita la aplicación de fertilizantes minerales, y en