Figura 1. Producción de almendra en pepita de España durante los últimos 15 años (Cooperativas Agro-Alimentarias: * estimación). La producción mundial de almendra está liderada por los Estados Unidos con más del 80% de la producción. A una gran distancia se encuentran los siguientes productores, Australia y España, con un 7 y 4% de la producción respectivamente. España, sin embargo, es el país que más superficie dedica a al almendro, siendo la productividad media muy baja (unos 130 kg de pepita/ha), como consecuencia del abandono en el que se encuentran muchas antiguas plantaciones de secano y de problemas productivos de las variedades tradicionales como los daños cau- sados por las heladas y las deficiencias observadas en la polinización. A ello se añade el cultivo en terrenos muy pobres y la casi ausencia de cuidados culturales. Todo ello se traduce en una gran variabilidad en la producción española de almendra, como se observa en la Figura 1. Estas oscilaciones en la producción no sólo influyen en la baja producción acumulada, sino que provocan además una gran inestabilidad en los canales comerciales de la almendra española. Mejora genética de variedades La mayoría de las variedades españolas son de flo- ración muy temprana o temprana. En algunas zonas costeras, como las zonas litorales de Andalucía, Murcia, Valencia y Cataluña, así como en las islas Baleares y Canarias, el peligro de heladas es muy reducido, aunque no nulo, pero en la mayoría de las zonas de cultivo la incidencia de las heladas es muy importante, destruyendo muy a menudo la cosecha de estas variedades. Por ello rápidamente se consideró el interés de la introducción de variedades de floración tardía, no disponibles en el germoplasma español, ya que con ellas se podría reducir significativamente el daño por heladas por medio del escape de las mismas. En un primer momento tuvieron una importante difu- sión las variedades italianas ‘Cristomorto’ y ‘Tuono’ y posteriormente las francesas ‘Ferragnès’ y ‘Ferraduel’. Actualmente el cultivo se está desplazando de las zonas costeras a zonas del interior del país, más frías, con mayor pluviometría y con mayores posibilidades de riego que las zonas tradicionales de producción. Sin embargo, en estas nuevas áreas de expansión la inci- dencia de las heladas primaverales es mucho mayor y sus daños son frecuentes en los cultivos frutales. Por ello, un objetivo prioritario ha sido la obtención de variedades de almendro de floración extratardía que escapen a estas heladas. Así mismo, las variedades tradicionales españolas son auto-incompatibles, por lo que requieren de otra variedad para que actúe como polinizadora. Para ello las dos variedades deben florecer simultáneamente, lo cual no ocurre siempre para un par de variedades, cuyo solape puede variar según las condiciones climá- ticas del año. Además, el diseño de la plantación debe permitir una distribución correcta de las variedades para el intercambio de polen. Para realizar este inter- cambio son indispensables los insectos polinizadores, fundamentalmente las abejas. Por otra parte, deben darse unas condiciones atmosféricas favorables para el vuelo de las abejas, temperaturas suaves, ausencia de viento y de lluvia, para una adecuada actividad polinizadora. Frente a todos estos problemas, las variedades auto-compatibles permiten realizar plan- taciones mono-varietales, con la seguridad de una coincidencia total de floración y la independencia de la actividad de las abejas y de las condiciones Genética 23